Un juzgado de Zamora ha condenado al periodista Hermann Tertsch a indemnizar con 12.000 euros al padre de Pablo Manuel Iglesias Turrión por un artículo de opinión que recordaba que su abuelo Manuel fue condenado a muerte tras la guerra civil por el “paseo” y ejecución de dos derechistas en 1936, y que después había sido indultado y empleado por el falangista Girón de Velasco en el Ministerio del Trabajo.
Tertsch, de 59 años y uno de los periodistas españoles más brillantes de las últimas tres décadas, deberá abonar además las costas judiciales de la querella del padre de Iglesias, quien por su parte estuvo preso en 1973 por militar en el FRAP, banda terrorista ultraizquierdista trufada de policías secretos.
El periodista puede apelar a la sentencia, que castiga haber calificado de “miliciano criminal” al abuelo de Pablo Manuel sin aportar en el artículo pruebas documentales.
La cuestión es si se puede opinar aplicando la “memoria histórica” acerca de quienes perdieron la guerra, cuando tuvieron tantos verdugos en su zona como los ganadores.
Numerosos militantes de izquierdas condenados, incluso a muerte, fueron indultados y obtuvieron trabajos en la administración franquista si espiaban a otros “rojos”.
Hijo de un diplomático austríaco nazi residente en España que se rebeló contra Hitler y que estuvo a punto de ser fusilado por la Gestapo, Hermann Tertsch es atacado sobre todo por Podemos usando la militancia de su padre antes de oponerse al Führer; pero lo es realmente por sus denuncias del comunismo y de sus herederos ideológicos.
Siendo muy joven, militaba en el Partido Comunista, pero tras ser corresponsal en países cercanos a esa ideología comenzó a denunciarla, igual que a su variante censora, disimulada bajo el progresismo y la corrección política, el actual retardismo.
Quienes hallan la verdad y la proclaman como Tertsch deben ser apoyados por la gente decente: de ellos depende nuestra libertad.
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SALAS