Defensas para el Renault 4 L

Las calles de la ciudad de Buenos Aires, en los años sesenta, se vieron plagadas de defensas en los paragolpes de los automóviles. Estacionar en esas callecitas porteñas podía ser como vivir en la jungla. Imperaba la ley del más fuerte. No era nada raro que al regresar donde estaba nuestro automóvil este tuviera con algún faro roto.

Ni hablar de algún bollo en parte de la carrocería. O peor encontrarlo varios metros más allá de donde lo habíamos dejado estacionado. Los demás conductores de esa cuadra se habían encargado de empujarlo en un sentido u otro. Eso solía dejar consecuencias en nuestro amado vehículo.
Pero Danny Cars tenía la solución para algunos de los automóviles que se fabricaban en Argentina en aquellos años. Por supuesto que no era la única empresa que se encargaba de confeccionar defensas de caños, o barras, de metal. Incluso algunos modelos salían del concesionario con las consabidas defensas como un opcional más.
También hubo automóviles que las trajeron con su valor incluido en el precio de venta. Cuestiones de comercialización entre el cliente y el concesionario de una marca determinada. En esta vieja publicidad vemos las defensas que se fabricaban para el Renault 4 L y el 4 F (Fourgonnette).
Hablando con un seguidor que conocen mucho sobre los Citroën que se produjeron en Argentina me contaba que los franceses deliran por las defensas del 2 CV local, que eran de fábrica. Así que cuando tienen la oportunidad de venir para acá tratan de conseguir ese característico paragolpes delantero, que al parecer solo se montó en la versión argentina.
Este fin de semana la sección “Accesorios y algo más” estará dedicada a esos paragolpes del pasado con defensas de metal o de goma. Hoy es impensado, por un tema de seguridad, este tipo de defensas de metal. Ni hablar que no se podrían montar en los inexistentes paragolpes de plástico de los automóviles del siglo XXI. La vieja publicidad apareció publicada en la sección “Novedades a través del parabrisas” de la revista Parabrisas número 56 de julio 1965.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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