- Marina Muñoz Cervera -
La mayoría de las especies animales pueden sintetizar vitamina C a partir de la glucosa, pero nosotros no podemos producirla, por ello, nos vemos obligados a consumirla con la alimentación.
Es una vitamina hidrosoluble (soluble en agua) y las cantidades sobrantes que consumimos, se eliminan por orina, por ello, es necesario el suministro continuo de la misma.
Se conocen dos formas:
– Ácido ascórbico: forma reducida de la molécula, es la que tiene mayor poder vitamínico.
– Ácido dehidroascórbico: forma oxidada, tiene muy poco poder vitamínico y es la que consumimos en forma de aditivos alimentarios.
Deficiencia de Vitamina C
Puede producirse deficiencia de esta vitamina cuando aumentan nuestras necesidades vitales, por ejemplo en los siguientes casos:
– Enfermedades gastrointestinales: regímenes alimentarios para úlceras, diarreas.
– Embarazo y lactancia.
– Tiroxosicosis.
– Enfermedades inflamatorias agudas y crónicas.
– Cirugía y quemaduras.
– Estrés por frío o calor.
O bien, cuando ingerimos poca cantidad de alimentos ricos en Vitamina C.
Los signos y síntomas de su deficiencia son:
– Anemia.
– Encías sangrantes.
– Disminución de la capacidad para combatir infecciones.
– Disminución de la tasa de cicatrización de las heridas.
– Resequedad y formación de mechones por el cabello separados.
– Tendencia a la formación de hematomas.
– Gingivitis (inflamación de las encías)
– Sangrados nasales.
– Posible aumento de peso debido al metabolismo lento.
– Piel áspera, reseca y descamativa.
– Dolor e inflamación de las articulaciones.
– Debilitamiento del esmalte de los dientes.
Por todos es conocido el Escorbuto como enfermedad carencial grave de esta vitamina que, hoy en día, suele darse en desnutridos y ancianos. Esta antigua patología se reconoció por primera vez en los siglos XV y XVI como una enfermedad grave de los marinos en viajes largos por mar pues no tenían acceso a alimentos frescos incluyendo frutas ni verduras, pero la relación entre la misma y el consumo de cítricos se descubrió en el siglo XX. En los largos viajes en barco que se realizaban a principios de siglo, los marineros ingleses, llamados “limoneros” sabían que debían consumir limones a diario para no padecer escorbuto. Zilva en 1923 aisló una sustancia en el jugo del limón que prevenía esta enfermedad y más tarde, Szentz-Gyorgyi aisló la vitamina C del tejido suprarrenal, de las naranjas y la col, llamándola Ácido hexurónico.
En el escorbuto las paredes de los capilares carecen de solidez y se vuelven frágiles, sangran y dan lugar a hemorragias en distintos lugares del cuerpo. Así, una persona que tenga los siguientes síntomas: cansancio y debilidad, encías inflamadas que sangran fácilmente, hemorragias en la piel y en otros lugares como en la orina, heces, uñas, demora en la cicatrización de las heridas y anemia, aunque no parezca muy gravemente enfermo puede fallecer de repente por insuficiencia cardiaca.
El Escorbuto infantil o Enfermedad de Barlow suele darse en niños entre 2 y 12 meses de edad que son alimentados con biberón y leches procesadas de baja calidad, debido a que el calor destruye la vitamina C al procesar la leche,; las leches de buena calidad tienen suplementada la vitamina para evitar su carencia.
Exceso de Vitamina C
No es muy común que se den síntomas por exceso de esta vitamina porque como ya sabemos no se acumula en el organismo y la eliminamos por orina, sin embargo, dosis mayores a 2000 mg/día, pueden producir:
– Malestar estomacal.
– Diarrea.
– Disminución de la eficacia de algunos medicamentos por el aumento de la diuresis.
– Uno de los compuestos que se crean con la oxidación de esta vitamina es el oxalato que forma oxalato cálcico; cuando este compuesto insoluble se deposita en los tejidos blandos, como por ejemplo, el riñón, puede dar lugar cálculos renales.
– Alteración de la flora intestinal.
Aumento exagerado de la absorción del hierro que puede dar lugar a un excesivo acúmulo de este mineral.
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Fuentes:
- Mark H. Beers, M.D.; Robert Berkow, M.D. Manual Merck. Décima edición española. Elsevier, S.A. Madrid 2003.
- María del Carmen López, Herminia López, Mª Fátima Olea. Las Vitaminas. Monografía de “Toxicología Alimentaria”. Díaz de Santos. Madrid, 2012.
- Vitamina C. University of Maryland. Medical Center.
http://umm.edu/health/medical/spanishency/articles/vitamina-c
- Michael C. Latham. “Nutrición humana en el mundo en desarrollo”. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Colección FAO: Alimentación y nutrición N° 29. Roma 2002.
- News medical. “Efectos secundarios de la Vitamina C”
http://www.news-medical.net/health/Vitamin-C-Side-Effects-(Spanish).aspx
Imagen:
http://www.plenitudfisica.com/2012/08/higiene-dental-importancia-de-la-nutricion.html