En cualquier país del mundo con sentido común se sabe que la riqueza y el Estado del bienestar, dícese: educación, sanidad y ayudas sociales, no la generan ni los políticos, ni los funcionarios ni los empleados, sino emprendedores y los autónomos, y simplemente por este hecho se les ha de respetar y darles las máximas facilidades posibles, caso contrario al nuestro.
Veamos algunos ejemplos de por qué en España ser autónomo es como lanzarse al vacío:
- "Des-derechos":
Todas las personas que hayan cotizado (menos en el caso de políticos y sindicalistas, que tienen una paga vitalicia ganada con el sudor de sus frente) tienen derecho a paro. Pero los tres millones de autónomos que sustentan el sistema del bienestar, o como digo yo, "del estar-bien", tienen que cumplir innumerables requisitos para conseguir una prestación casi insignificante y durante escaso tiempo.
- El empleado, el enemigo en casa:
Vamos a hacer un esfuerzo para analizar una de las promesas más repetidas por los políticos: bajar la tasa del paro.
Partiendo de la base de que los que generan empleos, como decíamos, no son ni los funcionarios, ni los políticos ni los empleados, sino los autónomos y los empresarios, no pueden cumplir esa promesa si dan todas las facilidades del mundo a los empleados (paro, indemnización por despido...) mientras que los autónomos se tienen que jugar todo a una carta. Si en un país la contratación de una persona lo convierte en tu enemigo a sueldo, apaga y vámonos. Así de claro: muchos no se atreven a contratar personal porque según están las cosas montadas les pueden buscar la ruina.
- ¿Por qué no puedo volver a empezar?
Este problema no es solo de los emprendedores, sino de toda la sociedad española. En otros países, como EEUU (con solo un 5.5% de paro) tienes infinitas oportunidades para arruinarte y volver a empezar. De hecho allí los empresarios mejor valorados, como Henry Ford, Walt Disney, Steve Jobs y hasta el mismísimo Donald Trump, han acabado siendo millonarios, generando miles de puestos de trabajo, después de fracasar una, dos, tres e incluso cuatro veces. Esos empresarios conocidos y desconocidos que han resurgido de sus cenizas, son los más valorados y cotizados para dirigir una empresa.
Aquí, como el sentido común brilla por su ausencia, en vez de aprender de los errores y valorar sus méritos, a esos emprendedores, los auténticos "ingenieros" de los negocios, se les trata como a unos delincuentes fracasados, menospreciados por el sistema. Pierden sus casas, sus negocios y hasta su dignidad por intentar ganarse la vida y no vivir de "Papá Estado".
En España, si no has podido llevar bien tu negocio debido a las innumerables trabas administrativas, no has tenido la suficiente clientela, te han abrasado a impuestos, las condiciones no han sido las idóneas, o simplemente has tenido mala suerte, entras a formar parte de por vida del "club de morosos" – como el RAI - y de la "gente sin derecho a préstamos". Con lo cual tienes entre un 0 y un 0,00001% de posibilidades de conseguir un crédito para sanear tus cuentas y volver a empezar.
No hay que estar en contra de quien intenta fabricarse su propio puesto de trabajo, hay que estarlo en contra de nuestro sistema político corrupto. La evolución de la economía española, como la de cualquier otro país, depende del buen funcionamiento de nuestro sistema político.
¿Cuánto empleo se generaría si se suprimieran las Comunidades Autónomas, cientos de puestos políticos y se bajaran los impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social?
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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