Se requiere ofrecer suplementos de vitamina D para bebés siempre que sea necesario, ya que es la vitamina que previene el raquitismo y otras anomalías óseas en bebés y recién nacidos. Sobre todo en el primer año, en que el desarrollo y crecimiento del bebé es muy importante, es altamente recomendable que cuenten con vitamina D, aunque se les alimente con la recomendable leche materna.
El déficit de vitamina D se asocia con anomalías en los huesos, como es el raquitismo, y la menor capacidad del cuerpo para absorber el calcio.
Se suele notar con sudores nocturnos, nerviosismo, dificultad para dormir, musculatura debilitada, mayor riesgo de afecciones respiratorias y aumento de los ganglios del cuerpo.
Hay que tener en cuenta que si se avanza se pueden producir deformidades en huesos que puede afectar a tórax, muñecas, cabeza y más.
Las fuentes principales de vitamina D son la leche enriquecida con esta vitamina, las carnes, huevos y pescados grasos. También se puede propiciar por medio del contacto con el sol por los rayos del sol. Se recomienda que la madre consuma mucha vitamina D en el embarazo y después de él. En bebés se recomienda enriquecer los lácteos que consumen.
Son muchos los bebés recién nacidos que tienen deficiencias de vitamina D, cuyos riesgos crecen si se tiene una madre con obesidad muy grave y nacer en invierno porque hay menos horas de sol.