Deformación cerebral

El Jueves 16 se celebró una reunión en Madrid entre el Ministro de Hacienda y su equipo por un lado y el Lehendakari vasco y los suyos por el otro. La razón era la renovación del Concierto Económico vasco que imagino que se lleva a cabo cada cierto número de años. Como resultado hubo amplias sonrisas por ambos lados y un paquete de transferencias fiscales que los vascos se llevaron a su casa, y para mí fue la gota que colmó mi paciencia, mi capacidad de cabreo, y acabó con mis ganas de ser ciudadano de este desgraciado país, o país de desgraciados.

El Estatuto de Guernica que se aprobó en 1979 incluía un Concierto Económico aprobado a su vez por la Ley 12/1981, de 13 de mayo, un Concierto que, como el navarro, solo prevé una aportación financiera al Gobierno Central llamada Cupo, que se supone que cubre el coste de las competencias no transferidas, es decir la parte vasca de la factura que pagamos entre todos, pero no incluye ni un céntimo en concepto de solidaridad con las CCAA que no generan suficientes ingresos fiscales para cubrir sus presupuestos. En varias ocasiones desde que se aprobó el Estatuto de Guernica, y aprovechando el que gobiernos del PPSOE en minoría han precisado de sus votos para aprobar los presupuestos, el PNV ha conseguido como contrapartida que el Cupo se haya ido reduciendo hasta transformarse en insignificante calderilla. Para que tengáis una idea de la insignificancia de la aportación vasca, para 2013 el importe del Cupo según Madrid estaba justo por encima de 1.400 millones de Euros, pero todavía no se han hecho efectivos porque en Ajuria Enea el gobierno vasco considera que el importe a pagar no llega a los 700 millones. Lo curioso es que muchos españoles estúpidos siguen pensando que los más insolidarios y rácanos del país somos los catalanes. Creo que están claras las razones por las que he calificado al nuestro como país de desgraciados.

Bien, pues el mismo Sr. Montoro y su pandilla de colaboradores, que son el azote de las CCAA del café para todos, no solo no aprovecharon la ocasión para restaurar el Cupo a niveles correctos, y volver a basarlo en el coste real de las competencias no transferidas, o al menos para cobrar de una vez la calderilla del 2013, cuya resolución se pospuso sin fecha, sino que encima cedió al gobierno vasco siete impuestos y tasas marginales, como el nuevo impuesto sobre los premios en loterías y el que graba los depósitos bancarios, que estiman que en 2014 ascenderán en total a más de 70 millones de Euros.

La reunión tuvo lugar el Jueves 16, escribí esta nota el viernes 17 a primera hora, pero no la he publicado en el blog hasta el domingo 19 para darme tiempo para comprobar si se producía alguna reacción por parte de los mismos gobiernos de CCAA como Andalucía, Aragón, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia, Valencia, etc. que saltan como empujados por un resorte automático y se ponen a chillar como gallinas cluecas cada vez que solo se insinúa cualquier tipo de concesión a Catalunya. Por supuesto sabía de sobras que esta reacción en contra no se produciría porque esas gallinas cluecas siempre han estado muy calladas cuando se han concedido una ventaja financiera tras otra al País Vasco, y esta vez ha ocurrido lo mismo a pesar que hace pocos días todos chillaban como histéricas porque el PNV había encabezado la manifestación a favor de los presos de ETA, demostrando una vez más que uno de los principales rasgos característicos de demasiados españoles centrales y periféricos es el caos mental y la hipocresía.

He explicado varias veces el caso de mi amigo Michael Churchyard, británico de pro, que poco tiempo después de la transición vivió varios años en Madrid. Cenando en su casa una semana antes de su regreso al Reino Unido de golpe me di cuenta que Michael creía que ETA era una organización terrorista catalana, pero me costó horrores que aceptase la realidad porque su lógica aplastante de ingeniero anglosajón seguía el silogismo: los vascos son muy bien valorados por los españoles, los catalanes son odiados por los españoles, ergo ETA debe ser catalana. Y esto ocurrió en una época en que todavía faltaba mucho para que José María Aznar ganase las elecciones por mayoría absoluta e iniciase su plan de acoso y derribo de la autonomía de Catalunya. Si realmente somos tan odiados en el resto de España, y creo que así es, ¿Qué esperan para darnos la independencia y librarse de nosotros?.

Fue este odio el que impidió que Catalunya consiguiese el Concierto Económico, y no las razones históricas, porque el concierto vasco ya había sido suprimido mucho antes de la guerra civil, la República lo reinstauró y Franco volvió a suprimirlo, para entendernos, no se reinstauró el Concierto vasco porque Franco lo había suprimido porque ya llevaba suprimido más de un siglo. ¿Dónde están entonces las razones históricas para conceder el Concierto a vascos y negarlo a catalanes?. ¿Será que el Rey quiso respetar una decisión de la República???.

Encima, el entorno del PPSOE ha afirmado repetidamente que Catalunya rehusó el Concierto, cuando solo se tiene que repasar cualquier hemeroteca para comprobar que tal afirmación no solo es falsa, sino que el Concierto que entonces se proponía en Catalunya, al igual que el Pacto Fiscal por el que Rajoy, el gran dialogante, dio con la puerta en las narices a Mas, y al contrario que los conciertos vasco y navarro, incluía una aportación solidaria con otras CCAA. Por otro lado si es cierto que Jordi Pujol no luchó lo suficiente para conseguir el Concierto y cuando finalmente se rindió, soltó por enésima vez su frase favorita: “ahora no toca”, de la que hoy estamos sufriendo las consecuencias, en Catalunya y en España.

Este odio también fue el responsable del parto, más bien aborto, del catastrófico Estado de las Autonomías o Café para Todos, que aunque hoy ya está más que claro que es un desastre para el país, entonces lo justificaron porque permitía dar cierta autonomía a Catalunya, manteniendo calladas a las gallinas cluecas que sin duda habrían chillado como histéricas ante cualquier concesión a Catalunya. Como ocurre casi siempre en España el Estado de las Autonomías no reprodujo un estado más o menos federal como los varios ejemplos que funcionan bien, sino inventaron algo hispano, es decir absurdo y diseñado con los pies y que consiste en unas autonomías que cargan con todos los gastos locales, en especial los de tipo social, educación, sanidad, etc., pero la mayor parte de sus ingresos dependen del reparto de fondos públicos que deciden en Madrid, desde donde pueden planificar perfectamente las CCAA que a medio plazo van a arruinarse y aquellas a las que les sobrará el dinero, y como el esperpento es una invención española, una vez repartida sin ninguna lógica la bonanza o la estrechez como les viene en gana y según sus intereses, fobias y manías, los que deciden donde van los fondos junto con aquellos que Madrid decide que tengan bonanza financiera aunque sean incapaces de generar ingresos fiscales suficientes, se dedican a criticar y dar lecciones a los catalanes asfixiados y a otros malgastadores con superávit fiscal.

He llegado a la conclusión que el cerebro de muchos de los españoles que se consideran de base castellana tiene una deformidad que les impide aplicar el más mínimo rastro de lógica y sentido común.

De hecho hay expertos internacionales que, al no padecer la mencionada deformidad cerebral, entienden mucho mejor los problemas del país que los que por desgracia nos gobiernan, y lógicamente no entienden nada de nada. Tal es el caso de David Gardner uno de los más prestigiosos comentaristas económicos del Financial Times que desde el 16 de Mayo del 2013 en que lo explicó por primera vez, no entiende cómo es que el gobierno de España no concede algún tipo de Concierto económico o Pacto Fiscal a uno de sus principales motores económicos, de lo que no está precisamente sobrado, que supondría un tremendo empujón hacia la salida de la crisis y solucionaría de paso y de una vez por todas el problema catalán. Porque está más que claro que con el Concierto el problema catalán no habría existido, donde hoy hay graves problemas habría una balsa de aceite, y al contrario que en el País Vasco ningún grupo catalán habría asesinado a miles de españoles.

Catalunya ha hecho aportaciones extraordinarias y fundamentales a España en su historia reciente. Los que teníamos uso de razón cuando murió el dictador recordamos sin duda la gran preocupación que había en toda España por lo que iba a ocurrir en Catalunya. No solo no ocurrió nada sino que Catalunya contribuyo de manera decisiva a la estabilidad y la transición a la democracia a pesar de ser discriminada en el tema del Concierto Económico, además en las últimas décadas Catalunya ha evolucionado de una industria tradicional basada en el textil y el metal a la diversidad industrial actual con posiciones punteras en el mundo en algunos sectores industriales innovadores como la Biotecnología, y lo ha hecho además sin molestar a nadie y sin apoyos públicos especiales, y esta evolución silenciosa es la razón de que hoy Catalunya esté haciendo de largo la principal contribución al aumento de las exportaciones, que junto al turismo son los elementos fundamentales para salir de la crisis, hecho que fue incluso reconocido por el Sr. Montoro un día en que le dio un ataque pasajero de honestidad. Incluso en el deporte nuestra contribución es fundamental, porque sin los deportistas catalanes la excelente clasificación de los deportistas españoles en muchos deportes caería espectacularmente.

Pero a pesar de nuestras aportaciones, el trato que España nos ha dado siempre ha sido muy negativo. A pesar de todas las contribuciones a España, los catalanes hemos recibido siempre más insultos que nadie, siempre hemos sido considerados los más insolidarios del país cuando es exactamente lo contrario, estamos discriminados en infraestructuras entre otras cosas, padecemos asfixia financiera porque alguien decidió que así fuera, se nos ningunea y encima pretenden darnos lecciones,  en cambio, a unos señores que en contribuciones al país no llegan ni de lejos a nuestro nivel, que son sumamente insolidarios, que son responsables de la mayor tragedia del país durante este período democrático (porque el que crea que los únicos vascos responsables de las acciones de ETA son los abertzales es que es idiota), se les concede todo casi antes de que abran la boca para pedirlo sin que nadie haga ni tan solo comentarios,  y todo el mundo opina que excepto cuatro exaltados el resto son todos unos tipos muy majos.

Incluso admitiendo que los catalanes nunca nos hemos sabido vender como grupo social, y que en ocasiones nos importa poco lo que piensen de nosotros, la incongruencia es mayúscula. Solo por plantear concesiones a Catalunya que estaban a años luz no ya del Estatuto de Guernica sino de los muchos regalos posteriores concedidos al país vasco, se han organizado recogidas de firmas oponiéndose y estúpidos boicots a los productos catalanes. Durante bastante tiempo pensé que esto era así porque los vascos son muy listos, más que nosotros los catalanes, pero hace ya algún tiempo que opino que la razón de esta inmensa incongruencia es doble, en primer lugar porque no solo los vascos sin duda son listos, además, y sobre todo, porque demasiados españoles son estúpidos, y como segunda e importantísima razón es que hagan lo que hagan los vascos siempre son considerados como españoles mientras a los catalanes, así mismo hagamos lo que hagamos, se nos ve como extranjeros de hablar muy raro y de mentalidad distinta que no entiende nadie, ni se comprende que siendo españoles y formando parte de España seamos tan peculiares, y en este país hay pocas cosas peores que ser considerado distinto, lo que no deja de ser una incongruencia más porque es difícil encontrar en nuestro entorno un país tan variado, variedad que cualquiera con dos dedos de frente consideraría una gran riqueza, pero los dedos de frente no parecen ser muy frecuentes en España.