Revista Cultura y Ocio

Deià (Mallorca)

Por Yorga @javieramosantos

Al final de un tortuoso torrente cerca de Valldemossa y Sóller emerge Deià, con sus casetas de barcas y sus peculiares orillas, que le hacen seguir pareciendo un rincón de la antigüedad clásica. Aparece como un pueblo de piedra que se agrupa en una pequeña colina. Parece un pesebre o un cuadro. A su apariencia de postal le acompaña un pasado de interés para el viajero. Habitada desde la Prehistoria, fueron los árabes quienes, durante la Edad Media, bautizaron a la localidad mallorquina con el nombre de Ad daia e introdujeron los cultivos en terrazas para salvar los desniveles del terreno.

Deià era solo una pequeña aldea de pescadores y campesinos del norte de Mallorca en la ladera de un cerro asomado al mar: medio centenar de casitas, calles empedradas, una iglesia, un par de ermitas, una taberna y una fuente. En los años veinte del pasado siglo llegó un turista despistado pero culto y se enamoró de aquel pueblecito de postal, de sus calas recoletas y tranquilas donde se podía tomar el sol y disfrutar de las naturaleza y, sobre todo, del ventajoso cambio de moneda. Había nacido uno más de los lugares con historia de las Baleares.

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Panorámica de la localidad de Deià./Mark Lagola

Ese turista culto divulgó su descubrimiento entre otros turistas cultos que acudieron debido al efecto llamada que obra en toda la comunidad emigrante. Creció la fama de Deià, en los círculos pijos, como un enclave que no tenia nada que envidiar a la Provenza ni a la Toscana, pero mucho más barato. Deiá se ha puesto de moda y se ha hecho famosa.

El efecto llamada fue especialmente insistente entre la comunidad artística. Poe eso se establecieron en Deià artistas, músicos y escritores, algunos de ellos de renombre internacional como Robert Graves, autor de Yo, Claudio, y el pintor y el arqueólogo americano William Waldren, fundador del Museo Arqueológico de Deià. También la casa de Graves es hoy museo del escritor.

En Deià puede el viajero pasear por calles impolutas sintiendo el encanto del pueblo mediterráneo, visitar las galerías de arte, comprar una túnica o algo de lino, o un colgante de cerámica vidriada con firma de autor, puede mantener alguna conversación inteligente en la terraza de un café o, si es verano, asistir a actuaciones musicales de jazz o soul. Viajar por España también permite al viajero descubrir lugares de buena música.

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Casa Museo dedicada al escritor Robert Graves./Gargola87

Más opciones de ocio para el viajero pasan por hacer una excursión a pie al cementerio (siglo XVII), considerado el más hermoso de Mallorca, o a los típicos bancales de olivos, tomar el sol y bañarse en algunas de las calas recoletas, en unas aguas transparentes que invitan a bucear, a la comunión con la naturaleza y a la meditación. Basta repasar los nombres de las lápidas distribuidas por el camposanto para comprender la dimensión universal de Deià. La arquitectura religiosa de Deià tiene otro símbolo destacado en el Monasterio de Miramar (s. XIII), donde estuvo enseñando el escritor y misionero Ramón Llull.

Existen varios senderos institucionalizados y hollados por los pies de gente famosa, que van desde el pueblo hasta la Cala, de la Cala a Llucalcari, del pueblo a Sóller, y el Camí des Racó. Este asciende por una torrentera en la que se han cincelado algunos escalones. La costa de Deià está invadida por el recuerdo del archiduque Luis Salvador, que hizo construir numerosos miradores. Este aristócrata fue miembro de la dinastía imperial de los Habsburgo. Tiene el noble hasta propio museo, ubicado en Son Marroig. Exhibe sus efectos personales, así como varias colecciones de pintura, cerámica fenicia, grecolatina e hispano-árabe.

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Deià es un pueblo con encanto./Gryffindor

Sin perder nada de encanto, Deiá se ha transmutado en uno de los lugares turísticos de Mallorca de notable interés. La oferta hotelera en este pequeño paraíso es reducida, por lo que al viajero que busque prolongar su estancia en la isla y conocer otros atractivos históricos, como la cuidad romana de Pollentia o quizás se atreva a dar el salto a Menorca y descubrir allí la ruta de los talayots, le convendrá buscar alojamiento en Mallorca. Si el viajero parte desde la península, tiene a su disposición viajes a buen precio a Mallorca durante las próximas fechas.

Dónde dormir: Es Molí; Ctra. Valldemosa a Deia, s/n; 07179 Deià (Mallorca); [email protected]; teléfono: 971639000.

Dónde comer: El Olivo; Carrer dels Son Canals, s/n; Deià (Mallorca); teléfono: 971639011.

Mapa Deia


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