Quien no ha escuchado esto alguna vez, “nadie es indispensable” o “todos somos reemplazables en nuestros trabajo”. Ciertísimo, no puedo estar más segura de eso, nadie tiene su puesto asegurado en una compañía, aunque así lo creamos. La compañía continúa con o sin nosotros, y definitivamente la producción no se atrasará, porque nosotros no estemos allí. Como profesionales, vendrá alguien más, menos, o igual de capaz que nosotros a hacer el trabajo, pero alguien lo hará.
En lo que no estoy de acuerdo, es el permitir ser reemplazables como personas. Debemos darnos a la tarea de hacer historia en nuestros trabajos, o en cualquier lugar en donde estemos, dejar un recuerdo agradable y perdurable en aquellos con los que compartimos. No me refiero a que te recuerden como: el que mejor contaba chistes, o el charlatán del momento, esto no es relevante y con el tiempo se olvida.
Existen varias formas con las que las personas logran dejar huella. Como “manager” (gerente), he aprendido que el conocimiento es una forma de compartir algo tuyo con la gente. En los trabajos no solo tenemos que recibir y recibir, es esencial dar. Una de mis formas de dar es enseñando lo que sé, compartiendo mis conocimientos, con sutileza e inteligencia, en los momentos más indicados, que es básicamente lo que quiero compartir en este artículo.
Tu conocimiento es algo tan íntimo y apreciado. Has tenido que estudiar mucho, invertir dinero y tiempo, sufrir situaciones embarazosas, desagradables o muy difíciles previamente para poder obtener esas experiencias que se vuelven la joya más valorada en tu curriculum vitae. En tu memoria han quedado las respuestas a todos estos esfuerzos como él: ¿Qué hiciste para que las cosas salieran adelante? ¿Qué se mejoró para poder salir del problema? ¿Qué estrategia innovadora se te ocurrió para poder llegar al éxito? ¿Cómo fue que todo pasó para que el cliente estuviera feliz? ¿Cómo lograste que alguien valorara su trabajo? ¿Qué palabra de ánimo usaste para ayudar a un compañero?
No estoy diciendo que sientes a todos tus compañeros y les des una clase magistral de una tema específico, aunque cabe la posibilidad; estoy apuntando más a por ejemplo: compartir experiencias pasadas en donde haya oportunidad de asociarlas con situaciones similares en tu trabajo, traer a la mesa artículos que puedan ser interesantes, o entablar una charla de amigos en donde podamos dar “tips” para fortalecer las habilidades de algún compañero.
El conocimiento y la experiencia, al ser tan valiosos valen la pena compartirlos, porque es meritorio dar lo que es valorado, y no lo que te sobra o te molesta. De nada cuenta dar algo que no es importante, es admirable dar aquello que es precioso, para uno mismo. Se da sin esperar nada a cambio, ni siquiera gratitud.
El dar este pedacito de ti a las personas, se vuelve un vínculo perdurable para aquellos que lo logran valorar. No debemos esperar que todas las personas valoren tu aporte en ese mismo momento, eso vendrá con el tiempo, y en el momento menos esperado alguien se acercará a ti a decirte lo mucho que aprendieron, o lo mucho que les ha funcionado tus consejos.
De nada sirve guardarte tus conocimientos, lo que sería egoísta, solo por miedo a que otros sepan lo que tanto te ha costado aprender, y que terminen siendo tus sucesores. Esto es para gente débil e insegura de sí misma. No caigas en reservas para todo, o en miedos sin fundamento.
En resumen, el hacer que tus compañeros, amigos o conocidos crezcan como personas y profesionales, automáticamente te hace más fuerte, más grande como persona y profesional, y además obtienes mucho más conocimiento que el que estás obsequiando. Siempre vas a aprender algo de alguien al hacer este ejercicio, es un hecho.
Ver que alguien se supera, y que tú contribuiste a ese éxito, te hará inmortal e irremplazable. Alguien, el que menos esperes, te recordará. El hacer crecer a otros, te hace crecer. Ayuda a otros a superarse y te estarás ayudando a superarte a ti mismo. Deja Huella, no seas alguien reemplazable como persona.
Para practicar:
- Piensa en algo que podrías compartir con tu equipo, familia, amigos, etc., que ha dado resultado y que mejoraría la calidad de vida de alguien. Da un consejo sutil que pueda ser de ayuda.
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