Revista Política
Cuando Obama llegó a Washington como senador Pete Rouse estaba a su lado. Cuando sopesaba presentar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos volvió a recurrir a él. El nuevo jefe de Gabinete de la Casa Blanca participó de forma activa en la campaña electoral en calidad de asesor y fue uno de los presidentes de su equipo de transición, encargado de la elaboración del equipo de la Administración Obama.
El estilo de Pete Rouse tiene poco que ver con el de su predecesor. Su discreción se opone a la hiperactividad de Rahm Emanuel, más polémico y carismático. Llega en un momento complicado. ya que todas las encuestas apuntan a un descalabro demócrata en las elecciones de mitad de mandato. La segunda etapa de la Administración Obama va a requerir la acción bipartidista y Pete Rouse goza del respeto de demócratas y republicanos y se destaca por su exhaustivo conocimiento de los entresijos de Washington. Obama, entre bromas, lo presentó con el lema 'Deja que Pete lo arregle'.
La suya no es una tarea imposible. A pesar del ascenso del Tea Party y Sarah Palin, Obama sigue siendo el político más popular del país. El 45% de la población respalda su gestión y más de la mitad simpatiza con él, valores que pueden lanzar al Obama 2.0. El que tratará de concluir con éxito la presidencia desde el acento en la política exterior y la exigencia de responsabilidad de los republicanos, que se perfilan como los dominadores en ambas Cámaras.
Pete Rouse se graduó en Harvard y en la London School of Economics y empezó a trabajar en el Capitolio en 1973. La relación Rouse-Obama comenzó a trabajar con Obama en 2004 cuando ganó de manera inesperada un escaño a Daschle. Tras una primera negativa, aceptó ser su jefe de Gabinete. Ahora ha vuelto a decir que sí, aunque ha dejado claro que no espera ocupar el cargo más que unos meses. No obstante, no se descarta que Obama le pida aceptar el puesto de forma permanente.