Dicen que un “deja vu” es la sensación de haber vivido algo con anterioridad. ¡Esto ya lo he vivido¡.
Ese deja vu es el que siento cada vez que entro últimamente en una tienda de ropa, que ya lo he vivido antes todo. Y creo que eso es lo que pasa cuando se tiene cierta edad y te gusta estar pendiente de las tendencias. Que ya lo has vivido todo.
Recuerdo mis primeras hombreras, mis primeros pantalones pitillo, mis primeras botas mosquetero. Como para olvidarlos, si cada cierto tiempo vuelvo a ver algo parecido en las revistas.
Seguro que entonces te gustaba…
Compras una revista o coges un catálogo del buzón y según vas mirando vas pensando: uy, este pantalón es idéntico a uno que yo tenía allá por…, pues creo que lo tengo guardado (seguramente al vacío), voy a sacarlo, que eso que me ahorro.
Ahí está el fallo. Lo sacas, lo lavas, lo planchas y te lo vas a poner una mañana para ir al trabajo sintiéndote la más fashion entre las fashion. Y te quedas patidifusa ante el espejo. En shock y un sudor frío corre tu frente.
Pero si no me cierra, ¿cómo es posible? Si tengo la talla que hace … años. NO PUEDE SER, ¿habrá encogido?.
Y luego el siguiente trauma: pero si es igual que el de la revista ¿cómo es posible que tenga esta pinta de antiguo?. Qué misterio madre mía.
Resulta que no todo vuelve, y lo que vuelve ha cambiado. Es como el novio que te encuentras después de 20 años, que te parece que está igual pero no, tiene peor color, más tristeza en la mirada y una cierta amargura vital que no recordabas. Lo mismo.
Pues vaya rollo, para qué habré guardado esta ropa tanto tiempo, si ahora la tengo que tirar. Jo.
Y lo de la talla. Pues resulta que aunque tengas la misma talla que hace … años tu cuerpo no es igual, recuerda que antes comprabas en Bershka y ahora estás empezando a sospechar que cualquier día de estos te plantas en Punto Roma. Horror de los horrores.
Y no hay reconversión que valga, eso del DIY (do it yourself) que se lleva ahora (que viene a ser lo mismo que tu madre hacía cuando eras chica y aprovechaba la ropa de un año para otro). Por mucho que cambies la cinturilla o que le pongas una tirita bordada, la prenda sigue siendo un adefesio trasnochado y fuera de lugar y temporada.
Me veo convertida en la típica señora que va vestida con ropa de los cincuenta y se cree que está a la última. Noooooo. ¿Acabaré con el pelo cardado?.
!Espero no verme nunca así vestida!
Ay mi madre. La que se me viene encima.
Pues se acabó me voy a Zara, que todavía me puedo poner esa ropa, y voy a ver si veo algo a buen precio y que sea a la última. Que una antes muerta que sencilla o carca.
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