El título es más polémico de lo que te voy a escribir. Pero es que hoy te voy a contar...
Que no me gusta la silla de pensar
Que no acepto obligar a mi hija a comer, aunque no quiera comer nada de nada
Que estoy a favor de la lactancia materna a demanda
Que me gusta que mi hija sea tímida, aunque eso no sea lo socialmente más popular
Que defiendo la crianza en brazos, aunque una de mis hijas haya ido en cochecito a todas partes
Que no creo que una madre deba esconderse para amamantar en un parque, o un restaurante, o en su propia casa.
Que no me gusta que una madre salga del hospital con la receta de leche artificial de parte del pediatra
Que me encanta que mis hijas pinten con sus manos, o se ensucien con barro, o con arena
Que no entiendo como no es obligación el piel con piel de un bebé con su madre los minutos y horas después de nacer
Que me gusta estar pendiente de mis hijas en un parque, en un cumpleaños, cerca de una piscina; y me gusta mucho más que socializar
Que me gusta colechar, aunque mis hijas ya no sean bebés
Que no me importa si mi hija no quiere saludar al vecino en el ascensor o no quiere darle un beso a un conocido
Que me gusta que cuando cocinemos dejemos la cocina hecha un desastre, y que probemos la masa antes de meterla en el horno (recuerdos de la infancia :) )
Que estoy orgullosa de haber cambiado una carrera por pasar las tardes pintando, haciendo puzzles, o recogiendo juguetes
Que mis hijas me dejan agotada, y me puedo quejar a veces, pero el 99.9% de las veces prefiero agotarme con ellas que salir por ahí.
Que yo llevo tatuajes, y por eso mis hijas pueden tatuarse con rotuladores (borrables eso si...)
Que aun defiendo la guardería pero un bebé con quien mejor está es con su madre
Que me molestan las amenazas para conseguir algo, pero a veces bajo la guardia y uso premios como moneda de cambio
Que en ambos postpartos pediatras "expertos" me dijeron que no tenia leche (cada uno por un motivo diferente) y que eso, en mi caso, ni era verdad ni era el problema, por lo que el comentario sobraba.
Que me gusta que mis hijas vayan descalzas todo el día
Que no me importa que en mi casa haya desorden, juguetes por el suelo, y reine el caos...porque tengo dos hijas pequeñas y eso quiere decir que disfrutan de su casa
Hoy te cuento todas estas cosas que pienso, me gustan, cosas que hacemos, posturas que tomo. Quizás estés de acuerdo con alguna, o con muchas, o con ninguna. Seguro no estamos de acuerdo en todo. Pero no importa. A veces uno tiende a opinar, juzgar, aconsejar u opinar sobre lo que hacen los demás. A veces aunque ni siquiera te lo pidan. Yo lo he hecho. Pero también he aprendido a dejar de hacerlo. Muchas veces, y sobretodo con madre primeriza, he recibido directrices más que consejos. Y a veces, una se siente atacada, o se siente socialmente obligada a seguir un camino u otro. Porque además, en cada país hay formas diferentes de criar, costumbres diferentes, y mil opiniones diferentes. Y no se puede hacer caso a todo. Cada familia es un mundo. Lo que importa es respetarse unas a otras, comprenderse, apoyarse, escucharse. Porque la forma en que una madre, un padre, una familia, decida criar a sus hijos, será la forma acertada. Aunque no sea igual que la de la vecina.
A mi me gusta escuchar opiniones y vivencias de otras mamás, compartir experiencias, pero no es lo mismo explicar cómo hiciste tú, que decir qué tiene que hacer la otra persona. Creo que es tan importante tener un círculo de apoyo, virtual o presencial, de mamás que compartan experiencias, que no hace falta regalar directrices ni atacarse porque la de al lado lo hace diferente.
Este post se inspiró a raíz de este Video. Que encuentro genial, por cierto. Independiente de la marca del anuncio. Y me he decidido a escribirlo a raíz del revuelo de la entrevista a Carolina Cerezuel a y su opción de crianza. Feliz semana a todos!