Déjame que te cuente (para que no se me olvide)

Una vez me pasé un viaje de vuelta entero cantando a voz en grito el primer disco de Shakira “Pies Descalzos”. Ibamos cinco en el coche. Y me perdonaron / Siempre me han gustado mucho los conciertos, pero de sentados / Soy invencible jugando a la Ruleta de la Suerte desde casa. Quizás algún día vaya / Demasiado facilitadora, me dicen. Y no me gusta nada / No me cuesta decir “Lo siento, gracias ni por favor”. Ni ” te quiero”. Me recordó lo importante que es decirlo mi amiga Mari Cruz un día bailando una bachata en la puerta del matadero / Durante años al pedir la factura en la gasolinera se pensaban que teníamos un negocio diferente al nuestro porque olvidamos una n al registrarnos. Un puto curioso. Risas y carraspeos / Los realities me fascinan, son auténticos estudios sociológicos / Adoro las fotos de los cerdos o terneros que miran a la cámara. Algunas hasta las recorto/ Los primeros cuadros que pinté eran todos de niños negros / Tuve que ir a hacerme el DNI al menos cuatro veces seguidas porque se me atascaba siempre algún detalle del proceso. Por eso estuve indocumentada año y medio / He visto un volcán entrar en erupción, un rebeco, un cierzo demasiado cerca y varias cabras montesas / Casi me ahogo dos veces con las olas de Portugal. Soy una cagueta / He quitado a mano el gotelé de cuatro paredes. Y cuesta mucho, si, vaya si cuesta / He salido en la radio, en la tele y en la prensa / Intento no pensar demasiado pero no paro de darle vueltas a la cabeza. Quizas es porque tiene un diámetro tan grande que no encuentro un sombrero donde meterla / Entiendo casi todo lo que me cuentan pero no puedo entenderlo si no me lo cuentan / Nunca pensé que podría vivir de lo que mas me gusta hacer: leer / No vi venir la pandemia. Ni de lejos.