Desde que voté por primera vez a los 18 años, y ya enfilo los 40, nunca he votado por un candidato que haya ganado las elecciones. Es decir, nunca en mi vida he tenido un presidente o un alcalde que me gustara, porque nunca aposté por personas que llegasen al poder. Y eso debería haberme dado una idea de mi nulo acierto electivo.
Aún así pensé que ganaría Clinton. No Hillary, porque a Trump nadie lo llama Donald en los análisis políticos. Así que como no somos amigos, para mi es Clinton.
También pensé que Inglaterra diría que NO, Colombia que SÍ y que España iría a terceras elecciones. Como pronosticador político no tengo precio. Pero vamos, tengo el mismo nivel de acierto que las encuestas globales. Háganselo mirar señores/as encuestadores, porque no se puede hacer un trabajo tan malo y seguir teniendo tanto crédito.
Trump, su peluquín, su exmujer y mujer inmigrante, su impago de impuestos, su xenofobia, racismo, machismo, populismo y todos los adjetivos terminado en ismo, es el presidente de EEUU. Ahora los facilistas dirán que la sociedad estadounidense es imbécil, como la española, como la colombiana, como la británica. Y no, es verdad, no podemos hacer un análisis reduccionista tan simple, porque así nunca explicaremos los verdaderos motivos de estas decisiones electorales. Yo no tengo una respuesta, sigo en shock desde hace meses, es un situación a la que me he habituado. No entender nada. Pero quiero hacerlo, quiero saber por qué para “castigar” políticas malas se hacen elecciones nefastas. Porque tiene que haber otras formas de cambios. Y si no las hay, deben buscarse.
Y otro de los elementos que me preocupa particularmente es el voto oculto. No podemos tener una sociedad en la que da miedo, o vergüenza, decir lo que se piensa. Porque después pasa lo que pasa. Si España quiere a Rajoy, Colombia a Uribe y EEUU a Trump, la gente debería tener la libertad de poder decirlo abiertamente para que, los que queremos cambiar las cosas, sepamos en qué realidad nos movemos y si tenemos herramientas para mejorar las cosas que no funcionan. Porque el mundo no se divide en listos e imbéciles, y se supone que los listos siempre somos nosotros. Porque ahora mismo me siento de los imbéciles. De los que no entienden. De los que quieren comprende y no son capaces.
Ya he mirado otros destinos habitables. Hay un exoplaneta relativamente cercano a la Tierra que no tiene mala pinta. Cuantos más nos vayamos nos sale el billete más barato. Háganle. Pero si se vienen sean sinceros. Digan qué futuro quieren para nuestro nuevo planeta, y lo arreglamos.