Dejar de soñar y convertirte en pesadilla...

Es muy difícil comer dignidad y cenar profesionalidad y entereza. Cuando el estomago se te hace un nudo porque en tu mente solo hay una sola idea, dar de comer a los tuyos y no formar parte de ese numero que no deja de crecer y que los políticos hacen mención todos los días pero nada por evitarlo, el paro.

Hoy los que estamos trabajando somos los esquiroles de los parados, hoy los que aún tenemos un trabajo, hemos de soportar la mirada critica y censurable de aquellos que se consumen en las oficinas del INEM cuando hacemos referencia a la situación de esclavitud a la que nos vemos empujados sin remedio inmediato…

Los empresarios que no son tontos, se dan perfecta cuenta de ello y además de amenazar con el despido nos echan un órdago diciendo” hay  mucha gente en el paro…”para acallar las protestas entre dientes de los que vemos como día a día nuestros derechos, los derechos de todos que durante años hemos conseguido a fuerza de lucha desaparecen y aquello que nos era impensable se hace realidad.

Aquellos que a lo largo de nuestra vida ya hemos experimentado el estar en paro, sabemos como se sienten los que hoy están en él y no queremos ser nosotros los que se sientan así.

Solo hay dos opciones ante la espeluznante situación en la que los sistemas financieros nos han puesto con los políticos como mediadores.

Agachar la cabeza, obedecer y aceptar que eres un esclavo, que tu vida no es tuya sino de aquellos a los que les proporcionas los beneficios para tratar de sobrevivir y que tus hijos puedan alejarse de este País no como emigrantes, sino como exiliados, ver como dejas de ser persona porque no podrás pensar por ser este un peligro para la empresa, y el sistema, el hacer y obedecer será el único fin, bueno eso y dar gracias por tener un trabajo…Olvidarnos de contratos y mucho más de convenios, aceptar y de buen grado que los empresarios son bondadosos y que solamente recurren a los trabajadores por horas, días o meses según su demanda por 400 euros y con la opción de darte o no de alta en una seguridad social que ni cuidará de tu salud y mucho menos de tu vejez.

Ver mucho Águila Roja para identificarnos con “el Satur”  acostumbrarnos a decir “si, amo” y tratar de seguir soñando, pero no con una nueva sociedad sino con la libertad que si hasta ahora no hemos tenido, a partir de ahora será algo utópico e irreal con la que soñar todos los días porque ni siquiera en nuestra mente podremos ser libres, ya que nuestro pensamiento no será nuestro sino de nuestros “amos”.

Pero hay otra manera de afrontar esta situación, individual  o colectivamente en nuestra mano estará que sea de una manera o de otra pero validas las dos.

Hacernos fuertes, reafirmarnos en nuestras convicciones y tener claro lo que somos, como nos hemos hecho y lo que queremos, no consentir humillaciones y mucho menos que nos utilicen en contra de otros semejantes a nosotros pero en perores condiciones, Seguir defendiendo aquello por lo que ya hemos luchado, defender lo justos porque al defenderlo defendemos la dignidad de todos, dar ejemplo a nuestros hijos de que si hay que irse porque te exilian te vas pero con la cabeza alta a pesar de que sea con el estomago vacío. Marcar el camino que la clase obrera ha de seguir a los más jóvenes y si en el camino hemos de quedarnos unos cuantos no pasa nada, quedaríamos de igual manera, con la diferencia de que si quedamos luchando no será en vano, de la otra manera ni siquiera se darán cuenta de ello.

Enseñar a nuestros hijos que por la vida hay que pasar haciendo ruido para que los que nos acompañan en la vida que nos hacemos y que otros nos entorpecen se percaten de nuestra presencia, porque tenemos voz y ante todo pensamos, juzgamos y sabemos aquello que es justo y lo que no.

Los empresarios, los políticos y los grandes poderes temen la fortaleza de los individuos libres y podemos demostrar que de alguna manera somos libres no clavando la rodilla en el suelo ante ellos, porque saben que si nuestra actitud se contagia, ellos serán los perdedores y eso les aterra porque no controlaran nuestras mentes, somos más que ellos y somos quienes les origina el beneficio.

Nosotros, los que aún conservamos e empleo tenemos la obligación de velar por los derechos nuestros y de todos aquellos que están en el paro, por consiguiente ¡ No me amenaces con los compañeros parados para despedirme, si tienes cojones, despídeme, tu eres mi enemigo, tu eres el malo y yo lo se perfectamente, no me vas a confundir, pero entérate, si me despides no me quedaré en casa llorando por los rincones, me movilizaré para hacer despertar las conciencias con el estomago vacío pero la mente clara y llena de ideas para acabar con esta dictadura, seré desobediente, y me pondré donde todos me vean, no soñaré con la libertad porque la libertad estará conmigo, tú serás el que sueñes…Pero conmigo, porque seré la peor de tus pesadillas!