"Dejar mi silla de ruedas en el portal no es un capricho, es una necesidad", resume Rubén Jimeno, que ha llegado a solicitar una reunión con la alcaldesa para que medie en el conflicto. También envió en marzo un escrito al concejal de Urbanismo, Manuel Hernández, para explicarle la situación, en el que argumentaba que "la normativa en rehabilitación de edificios antiguos como este me ampara como persona con discapacidad y no será la primera ni la última vez que se reforme un edificio de más de 50 años donde resida una persona algún problema".En el escrito, además, enumeraba las alternativas, desde guardar la silla debajo de la escalera del portal, -"que sería la opción más barata", asegura-, hasta disponer de su plaza de aparcamiento en el patio, "cerrada con una caseta prefabricada desmontable con toma de luz para la carga de la silla" o disponer de un cuarto trastero. Si finalmente no se le da una solución, el próximo paso será interponer una denuncia en el juzgado para lograr "este derecho".Desde que hace dos años le prescribieran "con receta médica" una silla de ruedas eléctrica, el zamorano Rubén Jimeno García lleva luchando por disponer de un lugar en su domicilio, situado en la urbanización Ramiro Ledesma, para aparcar el que es su medio de locomoción. Una petición a la que parece hacer oídos sordos su comunidad de vecinos.www.laopiniondezamora.es/zamora/2014/06/07/silla-ruedas-portal-capricho-necesidad/766490.html?utm_source=rss
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