Estaba yo acompañando a un buen amigo a hacer algunas diligencias y entre ellas fuimos a retirar a su pequeño de la guardería, yo como tengo un imán para los niños se me apegó muy pronto e ibamos mirando el camino para hacer todos los pendientes, cuando de pronto en el camino el niño gritó ¡¡Papá veeee!!! y señalaba a una rueda moscovita llena de luces que se había instalado en un terreno, luego avanzamos en el camino y nuevamente ¡¡Papá veeeee!! y señalaba ahora un rótulo de una propaganda que le había llamado la atención, seguíamos en la vía y otra vez ahora un pajarito había sido el culpable de captar su atención, y así durante todo el trayecto.
Al levantarme observar el sol, los árboles, las plantas que florecen con sus lindos colores, los pajaritos, disfrutar de los ladridos de mi perro que me saluda con emoción, el escuchar y ver a mi mami, el disfrutar el techo que me cobija, cada detalle de mi hogar que lo fui construyendo con mucho cariño para cobijarme, el saludar con la vecina. Quizás las circunstancias por las que la vida te lleva en determinado momento momento no te agraden pero eso no significa que debamos dejar pasar todos esos pequeños momentos que van llenándonos de felicidad.
Sé que el Universo tiene guardado para mí más adelante todo lo que yo necesito para ser feliz y que ya es mío. Voy a disfrutar el trayecto, disfrutar todos los regalos que día a día me son entregados, incluso esos “malos” porque de ellos también se aprende, y al final al hacer un balance siempre será más lo positivo.
Así que me invito y los invito a dejarnos sorprender nuevamente por todas las cosas que existen a nuestro alrededor y que son un regalo maravilloso de nuestro Creador.