Me preocupa ver a padres y madres que consultan porque su hijo tiene un simple catarro, que digan maja, es que si no, no me quedo tranquila y a continuación pidan un justificante de asistencia para que el padre y la madre lo presenten en sus correspondientes trabajos y si es posible no pongas la hora por favor.
Me preocupa que un padre pida una consulta porque por la mañana le ha salido un grano a su hija en la cara que anoche no tenía.
Me preocupa que un padre o una madre me diga que no hay manera de que se tome el jarabe para la fiebre, refiriéndose a su hija de 5 años.
Me preocupa que su hijo de 3 años campe a sus anchas por la consulta toqueteando el fonendoscopio, el otoscopio, el interruptor de la luz, la puerta, el teclado del ordenador, y sus padres lo observen impasibles mientras me cuentan sus inquietudes respecto al colegio, ya que la profesora está empeñada en que mi hijo es problemático y yo no veo nada de lo que ella dice, porque mi hijo en casa se comporta normal.
Me preocupa expresarme mal y que se entienda que no quiero que los niños se muevan ni un pelo en mi consulta. Una cosa es tener un soldadito en casa, y otra muy distinta es un niño respetuoso, ubicado, curioso y creativo.
Me preocupa que un padre o una madre me cuente que este niño no para quieto y saca todo suspensos, ¿no habría que darle medicación para la hiperactividad?
Me preocupa que un niño de 10 años venga a la consulta acompañado de su abuela de 75 años y sea él quien se siente en la silla, o que un padre no sepa la medicación que toma su hijo porque la que está en casa es la madre.
Me preocupa que una madre diga no me come, no me gana peso y que prefiera la recomendación de un pediatra privado que le receta un batido hipercalórico anunciado en televisión, en vez de tratar de sentarse todos a la mesa, apagar la tele, decir Esto es lo que hoy hay para cenar y hemos de ser agradecidos por lo que tenemos. Yo os lo he preparado con todo el cariño. Buen provecho. ¿Cómo os ha ido el día?
Me preocupa que este tipo de cosas ocurran en mayor o menor grado en el 60% de las consultas que atiendo cada día.
Me preocupa que muchos piensen que este tipo de consultas las hacen sobre todo los inmigrantes.
Me preocupa las iniciativas de privatización de la Sanidad del Gobierno.
Me preocupa que tengamos que pagar las deudas de los bancos entre todos.
Me preocupa que a los bancos no les baste con desahuciar a la gente para perdonar la deuda de las familias.
Me preocupa que un joven pusiera a su abuela de 80 años como avalista.
Me preocupa que los partidos políticos tengan deudas con los bancos y éstos se la condonen.
Me preocupa que haya jóvenes herederos ricos que presumen de su opulencia en las redes sociales y desprecian al trabajador de salario ínfimo.
Me preocupa que haya jóvenes cualificados que emigran por miles, o jóvenes cualificados que cobran salarios ínfimos con miedo a ser despedidos.
Me preocupa que haya mayores de 50 años en paro de larga duración viendo las noticias en una televisión que hace tiempo que dejó de regirse por el interés público, la objetividad y la rentabilidad social.
Me preocupa que esos niños que cada día veo en la consulta crezcan pensando que lo que hacemos y decimos sus mayores es lo correcto.
Me preocupa escuchar en la calle cada día quejas, desprecios, y ver tantas actitudes pesimistas y cargadas de victimismo.
Pero lo que más me preocupa es que no veamos este momento como una oportunidad de cambio, que no nos lancemos llenos de ilusión para juntarnos a debatir inquietudes y para poner en marcha alternativas, aceptando que podemos fracasar y que sin embargo tenemos mucho que ganar.
Todos somos válidos y tenemos mucho que aportar, hemos nacido y ese hecho en sí mismo hace que todos seamos importantes para el mundo.
Hagamos de nuestra vida un éxito, dejemos lo mejor de nosotros aquí.