Revista Empresa

Del agradecimiento al estorbo

Publicado el 08 abril 2020 por Sorro @sorroes
Del agradecimiento al estorbohttps://www.youtube.com/channel/UCQdYLkS9aQwG-JrVScnzXNA

Hace un mes cumplí 6 años al volante de un trailer de 40 toneladas. No tenía posibilidad de un trabajo en lo mío, rotulista, y en el resto de empleos que encontré, tristemente, fui personal «de usar y tirar». Durante unos años me formé para varios oficios sin tener suerte, hasta que tomé la determinación, a mi pesar, de salir a la carretera. Soy la quinta generación consecutiva de mi familia que ha dedicado parte de su vida al transporte y desde niño he visto a mi padre desempeñar este oficio. Él sí es un camionero puro, un guerrero.

Nunca quise recurrir a este oficio porque he vivido desde el 92, con 4 añitos, la vida que tienen un chófer y su familia: la ausencia, el riesgo, las malas lenguas… Ni os podéis imaginar.
A esto se suma el casi aislamiento social tan solo aliviado por las RRSS y poco más, amigos que se olvidan de ti, que asumen que nunca estás y dejan de contar contigo para algún plan… Hay compañeros con tan poca vida social que solo saben hablar de camiones y rutas. Es realmente terrorífico que tu descanso y ocio se refiera a tu oficio el 100% del tiempo. En mi generación pocas personas están dispuestas a hacer sacrificios, aunque sea temporalmente, y este oficio me ha truncado en un lustro dos relaciones formales que no soportaron tenerme lejos tantos días. Ni siquiera renunciar a la posibilidad de ganar más dinero a cambio de volver más a menudo a casa sirvió. Y lo peor es que lo comprendo. ¿Cómo no voy a entender la dureza de tener a tu pareja lejos y sin poder disfrutar de su compañía en eventos o, simplemente, para salir una tarde al azar a tomar un café o ir al cine el día de un estreno?

Entiendo desde que era un niño, por eso nunca quise esta vida y me niego a que este sea mi camino vital. Lo siento, pero no. Quiero tener mi propia familia y, cuando la tenga, que gocen de la presencia de su padre. Justo lo que yo no he tenido salvo días contados, a veces horas. Sin embargo, este hilo no va con objetivo de hablar de mi. Aporto mi visión y experiencia para aquellas persona que no lo han vivido en su familia se puedan hacer una idea lo más cercana posible, aunque podría pasarme horas explicando las taras de una vida en la carretera, no tiene nada de aventurero ni de romántico. Es sacrificio puro y muchas horas aprendiendo a convivir contigo mismo y con pensamientos que te anulan por las noches. A mí no me llaméis camionero, yo no me lo merezco. Ese título guerrero es para ni padre y veteranos como él, esos sí que son titanes que, pese al sacrificio y los pesares, aman este trabajo recordando tiempos en los que trabajar duro en esto era sinónimo de una vida más cómoda para sus familias. Tiempos que eran vistos como «caballeros sobre ruedas». Tiempos que se terminaron

Ayer, a las 20:02, pasaba por Fuendejalón y algunas personas aplaudían y saludaban, y me he sentido orgulloso de esta etapa de mi vida por unos minutos, pero me temo que esto no durará más allá de lo que tarde la vida en volver a la normalidad.
Cuando todo esto acabe no habrá más reconocimiento ni agradecimientos. Los camiones volverán a sobrar en la carretera para la mayoría de los usuarios de la misma. Los camioneros volverán a ser mirados como algo molesto e incómodo. Volverán a pitarles cuando tarden en adelantar o alguna otra particularidad suya. Por mi persona no me molesto, pero sí por los veteranos como mi padre, que han visto de todo y vivido las más surrealistas y terribles situaciones, que se les vienen a la mente nombres de compañeros caídos en una curva determinada o cualquier otra cosa que no entendéis. Todo volverá a la normalidad, incluido el desprecio o la indiferencia, dependiendo del egoísmo de cada uno de los que hoy agradecen cosas que mañana dejaran de valorar.
Yo no quiero homenajes, aunque esté agradecido, sino respeto por mis compañeros después de que pase la tormenta

Un abrazo a esos #camioneros, los reyes del asfalto, los titanes de la rosca.
Con sol, lluvia o nieve, de día o de noche, con pandemia o domingueros; siempre adelante con la radio puesta y con pasión.

BuenaRuta y #FelizMiércoles
Del agradecimiento al estorbo

Quinto Muñoz (@showdequinto): https://twitter.com/showdequinto?s=09

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