Son épocas de balance, años de pensamientos con moho y ejercitadas farsas. Cada tanto viene bien sacudir el árbol y dejar que las estructuras crujan un poco, para ver todo desde otra perspectiva. Echamos mano a Federico Peralta Ramos, nuestro gurú de cabecera del absurdo, seleccionando algunas de sus mejores frases que publicamos en el especial de diciembre de 2003 de “Super Chatarra Special” (http://www.superchatarra.com.ar/edanteriores/diciembre%202003/NUEVO1203.htm).
Hable maestro, desde su galaxia inmortal de bastoncitos de lentejuelas y habichuelas clavadas con estiletes de strass.
Eso es lo que yo hice siempre en la Argentina: abrí las ventanas para que entre un poco de aire fresco. Ahora el aire fresco ha invadido el país, todo el mundo tiene ganas de hacer más cosas, manifestarse, se acabó el miedo al papelón. Durante mucho tiempo una forma de argentinizar una idea era no concretarla. Pero ahora eso se terminó, ya nadie quiere postergar sus sueños.
Soy como el boomerang que no quiso volver porque se encontró con Dios.
Yo abrí una ventana para que saliera el mal olor y ellos nunca me lo perdonaron.
La albóndiga psíquica consiste en una mezcla de todos los estados mentales: la conciencia, el inconsciente, la subconsciencia, la preconciencia. Si la albóndiga psíquica funciona normalmente, si sus elementos se imbrican, se sostienen, se alimentan, el ser humano tiene salud mental. Yo soy un ser sano, por ejemplo.
Toda mi vida me la pasé bajando del palco mientras todo el mundo quiere subir. La verdad es que en el palco no hay nada, pero no hay que decirlo porque, si no, se termina el movimiento.
Sueño con un mundo donde exista el Reinado del Bien, donde no tenga que defenderme más del Error.
Al final, Dios no es ningún pelotudo.
Serás lo que te tocó ser y dejate de joder.
Creo que nunca hay que perder la niñez y la locura: el adulto que abandona la infancia abandona la creatividad. El enemigo de alguien creativo es la vanidad, enfermarse de pomposidad y solemnidad, convertirse en un tronco cristalizado. Es bárbaro fomentar eso, porque lo que le hace falta a la Argentina son creadores.
¿Loco yo? Eso dicen los burgueses que tienen un plafond bajo. Según mi psicólogo, yo soy un tipo psicodiferente.
Es que la noche es un continuo sacadero de conclusiones.
Para no ser un recuerdo hay que ser un re-loco.
Pinté sin saber pintar, escribí sin saber escribir, canté sin saber cantar. La torpeza repetida se transforma en mi estilo.
La gente que tiene el coso adentro es mutante y las conversaciones no se hacen de cuerpo a cuerpo sino de coso a coso. El coso es la esencia.
Lo que no está adentro tuyo, no es tuyo.
Por esto, quiero dar un mensaje a la Argentina actual: creo que la felicidad, en esta época, consiste en encontrar lo mucho en lo poco.