Lo de Maribel Andrés Llamero. Algunos versos memorables, subido en el Autobús de Fermoselle, que me llevan a otro mundo. A los años ochenta, cuando la vida era infinita, los veranos duraban tres meses y la única obligación era estar en casa a al hora de comer. Aquel mundo en el que "En nosotros estaban creciendo / también los bosques". Allí aprendimos, por cierto, que "Las despedidas son para nosotros / demoradas, cuesta alcanzar los confines".
Nacimos en una tierra, en fin, en la que "Cuesta crecer, Castilla, aplastada por el cielo".
Así aprendimos a ver la tierra...