Revista Cultura y Ocio

Del cinismo de Putin

Por Harendt
Del cinismo de Putin

La traducción fue una alternativa para los autores soviéticos que, ante la imposibilidad de publicar sus propias obras, optaban por escribir para el cajón y guardar silencio, comenta en La Vanguardia [Shakespeare habla en inglés, 27/09/2024] la escritora Marta Rebón. Sin embargo, no desperdiciaban la oportunidad de traSnsmitir mensajes entre líneas al traducir textos a su idioma. Cuando Borís Pasternak volcaba al ruso Hamlet de Shakespeare y llegaba a la escena en la que un soldado afirma que “algo huele a podrido en el reino de Dinamarca” o cuando el protagonista describe su país como una cárcel, algo debió de resonar en su interior. Y, cuando esas palabras se llevaban al escenario, también en el público.

Aunque la Dinamarca corrupta y brumosa de la ficción pertenece a un pasado remoto, esas líneas continúan reflejando una realidad vigente para la patria del autor de El doctor Zhivago. Huele a podrido cuando una opción válida para ascender en el escalafón es recibir un sueldo considerable, mucho más atractivo que el de un trabajo honrado, a cambio de ir a asesinar al país vecino, secuestrar a decenas de miles de niños y borrarles su identidad, indultar a violadores para enviarlos al frente o formar parte de un “eje honorable” que se extiende de Corea del Norte a Irán. Hemos llegado a que la defensa de la población ucraniana se califique de escalada bélica

El olor a podredumbre se puede ignorar durante un tiempo, pero acaba impregnando la ropa y la piel, como ha recordado el presidente ucraniano en Nueva York. Desde el atril de la ONU, Zelenski se ha dirigido a la comunidad internacional para hablar de una paz basada en la Carta de las Naciones Unidas. Mientras advertía sobre los planes del ejército invasor de atacar otras centrales nucleares para castigar a los civiles ucranianos, con el riesgo de provocar una catástrofe, Putin relajaba su doctrina militar sobre el uso de armas nucleares.

Hemos llegado al punto de que la defensa de la población ucraniana sea calificada de escalada bélica. Al menos la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, lo tiene claro: “La línea roja más importante ya se cruzó cuando los rusos invadieron Ucrania, así que no aceptaré esta premisa, y no permitiré que nadie en Rusia decida lo que es correcto en la OTAN, en Europa o en Ucrania”.

Un apunte más: la comisión internacional independiente de Investigación sobre Ucrania de la ONU ha confirmado con nuevas pruebas que en el territorio ocupado la tortura por parte de las autoridades rusas ha sido generalizada, incluyendo violencia sexual. Marta Rebón es escritora.

Del cinismo de Putin


Volver a la Portada de Logo Paperblog