Corría el convulso año de 2016. Por aquella época podíamos darnos besos y abrazos como si no hubiera un mañana sin pensar si quisiera que años más tarde eso podría ser motivo de contagio de un virus chino que te manda directamente al hospital sin pasar por la casilla de salida.En lo que se refiere a mí, me encontraba en paro, y mi cuenta bancaria tenía el mismo color que un guiri cuando pasea por la Plaza de España a las cuatro de la tarde en agosto. Vamos, que tenía menos fondos que una lata de anchoas; así que cualquier oferta que saliera, buena era.Ya no sabía ni en dónde estaba apuntado, ni de qué eran las ofertas a las que me había inscrito así que podía esperarme cualquier cosa. Como así fue.
Estaba como otra tarde cualquiera, entregando currículums por doquier en cualquier tienda que estuviera abierta de aquel polígono, cuando de repente, sonó el móvil. Era un tío y preguntaba por mi experiencia en concertación y venta telefónica. Añadir, que había estado trabajando seis meses como comercial en Planeta donde teníamos una lista de clientes a los que llamábamos antes de ir a verlos a sus casas y como no se me dio en su momento mal, le dije que sí, que tenía experiencia. Me dijo que fuera a verle al día siguiente. Nada más y nada menos que a Sevilla Este... Ya empezaba la cosa regular.Después de conocer al "equipo" con el que trabajaría, porque esa es otra, no había entrevista era para decirme que el puesto era mío, que necesitaba un tió para que vendiera una idea novedosa que no se le había ocurrido a nadie.
A parte del tío, estaba su novia o su mujer, o su vete tú a saber porque no me acuerdo y aparte una chavala que era fotógrafa. Y si mal no recuerdo no había nadie más.
La idea del tipo no me quedaba del todo clara, pero tenía trabajo y bueno, algo es algo.
Al día siguiente, llegué a la oficina y me contó la película, y digo lo de película porque esto, ni Ridley Scott.
El tema era el siguiente: El tío a través de la fotógrafa se iba a dedicar a hacerle books a señoritas de compañía pero además le iba a sugerir que se instalara un sistema de "seguridad" para las propias chicas, para cuando estuvieran en faena y tuviesen algún percance, "pulsar ese botón" que se conectaba con el móvil del tío y sugestionar a la persona que estuviera con la chica de que iba a venir "alguien". Todo muy rocambolesco.Pues mi función era la de llamar las chicas, ofrecerles el book y por un suplemento el tema este de "seguridad" pero sin decir seguridad porque realmente no se trataba de una empresa de seguridad.
¿Y con un esquema o una guía o algo? Nada, el tío me dijo "ahí tienes el teléfono" y en pasión.com tienes miles de números de posibles usuarias.
Y es que era en plan, "oye mira, que si quieres un book por tanto pero por un poco más te ponemos un botón que si te pasa algo tu le das y se conecta con el dueño de aquí para que el que esté contigo se ralle y se vaya cuando te vea pulsar el botón". Muy raro todo.
Pues encima de que la idea no había por donde cogerla porque ni el tío ni siquiera sabía cómo enfocarlo, me dediqué a hacer una especia de guión sacado de mis mejores intervenciones en Planeta. Pero nada, fue infructuoso. El tío se ralló, decía que yo no era lo que se esperaba (ojo , que puede ser eh) y yo le dije que primero tenía que tenerlo claro él. Hasta
la fotógrafa le dijo que había que darle otra vuelta, porque además aquello no era barato y que alguien te escuche hablar de venderle algo por teléfono, tiene un NO de primeras, y más, si no se sabe ni qué es.
El caso es que me pegué todo un día llamando a señoritas de compañía, sin cobrar, porque aún no me había dado de alta y lo peor de todo, teniendo que ir a Sevilla Este.