
"Ha llegado la hora. Quiero mostrar mis ideas a través de esta historia". Y esta historia es el relato de un samurai del siglo XIX con la misión de dar fin a una legendaria lucha entre los dioses de la luz y poderosos enemigos de la sombra.
En cuanto a la obsesión por las tres dimensiones, no parece afectar a Yoshitaka Amano mientras su obra consiga atrapar el espíritu y el aspecto de la pintura japonesa tradicional. En sus declaraciones se advierte un deseo de contar y de transmitir, algo que no es exclusivo de aquella moda que todavía tiene más porcentaje de artificio y fraude que de revolución cinematográfica.
Lo que sí es sorprendente es que Amano haya afirmado que España ha inspirado parte de sus creaciones, como pueden ser algunos de los escenarios del videojuego Vampire Hunter D, producto basado en un par de películas (en la que participó en el diseño de personajes) que uno recuerda con nostalgia de VHS y vídeoclub. Sí, no siempre hemos sido delincuentes y piratas.
Fuente: El MundoMuchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.
