Revista En Femenino
Que nuestros hijos aprendan a dormirse solos y lo hagan toda la noche s una de las preocupaciones que tenemos las madres, sobre todo los primeros meses de nuestros bebés, cuando dormir toda la noche de corrido parece una misión imposible.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de conseguirlo? Esta claro que no hay una fórmula secreta, pero si hay muchos métodos por allí dando vueltas que prometen resultados concretos.
Uno de los más conocidos y, sin dudas, polémic, es la técina conductivista del dr. Estivill. Según este doctor el niño tiene que aprender a dormirse solo y son los padres los que deben enseñarle. Para esto recomienda acostar al bebé en la cuna y dejarlo allí hasta que se duerma, auqnue llore, volviendo cada 5 minutos para asegurarse de que no se sienta solo, y que no aprenda que no puede contar con sus padres. Pero no hay que acunarlo, ni cantarle, ni leerle cuentos, debe dormirse solo. La idea de todo esto, es que el bebé debe despertar en el msimo lugar en que se durmió y con los mismos objetos y, de esta forma, si despierta por las noches, volverá a dormir sin problemas y sin necesitar de sua padres.
No sé ustedes, pero en los 20 meses que llevo de madre, jamás he dejado a mi bebé llorando en su cuna más de lo que he tardado en escucharlo. ¡Y creo que jamás lo haría! Pero cada quien con sus métodos.
¡Tranquilas! Para las que (como yo) piensan que no podrían llevar adelante este método, existen alternativas, varias de las cuales surgieron por oposición a este polémico método y hasta se dedican a criticarlo.
El primero que mencionaré se conoce como "Dormir sin lágrimas", publicado en el libro del mismo nombre por la dra. Rosa Jové. ella explica que el sueño es un proceso evolutivo y todo niño sano va a dormir correctamente algún día, no es solución dejarlo llorar (cuando un niño llora, sufre) y tampoco lo es prohibirle dormirse con canciones de cuna o impedirle compartir la cama con sus padres. Jové explica que el que el bebé se duerma en brazos de sus padres no tiene porque ocacionarle trantornos de sueño y tampoco dejará de aprender a dormirse solo.
En su libro explica las fases del sueño y porque el sueño de un bebé es diferente al de un adulto (las fases de sueño de un bebé son más cortas, por eso despierta más seguido). Los adultos tenemos alrededor de 9 despertares, pero volvermos a dormirnos sin darnos cuenta, esto es lo que los bebés deben aprender de manera natural, no com métodos conductistas.
Otra de las alternativas es el libro de Carlos González, "Bésame Mucho". González deja en claro que la forma de criar a nuestros hijos no es con métodos o técnicas modernas, sino de la forma más antigua: con amor, mucho amor. Normalmente ocurre que las madres, sobre todo las primerizas, nos vemos sometidas a una gran presión debido a la opinión "social" y los diferentes consejos.Y una de las cosas más arraigadas en nuestra sociedad moderna es que los niños "se malcrian" con ciertas actitudes (a esto, González lo llama Tabúes). Es muy común hoy día escuchar cosas como "Si lo tenés todo el día en brazos se va a malcriar y no querrá la cuna" o "dejalo llorar un poco, que no le va a hacer daño". Pero, ¿acaso es ser malcriado el querer el contacto físico con su madre? Si durante 9 meses ha estado protegido en el vientre materno, es normal que quiera sentir a su madre para sentirse seguro.
González deja en claro que los métodos conductivistas pueden ser eficaces o no, pero lo que el propone es usar la crianza natural. Es un defensor del colecho. Explica lo importante que es mantener a los niños cerca de su madre, en lugar de desvincularlos a tan corta edad (muchas veces por consejo de profesionales).
Y hablando de colecho, hoy en día existen muchos defensores de este método. Basta poner la palabrita en Google para que salgan miles de páginas y grupos de gente que lo practican, sin mencionar el siempre presente debate de si es correcto o no.
En mi país (Argentina), una de las principales defensoras del colecho es la trapeuta Laura Gutman, quien llega a relacionar el hecho de dejar al bebé llorando en la cuna con la (aun misteriosa) muerte súbita.
Y sus defensores alegan que el colecho da protección a los bebés, afirmación emocional, fortalece el vínculo con la madre, le da lecciones de como respirar, calor y leche materna. Dicen que si el bebé tiene alguna dificultad, vomita o tiene frio, allí estan sus padres para protegerlo. Además, dicen que los niños que comparten la cama con sus padres se alimentan y duermen más. y que su desarrollo neuronal es mayor.
Claro, siempre existe el miedo a aplastar al bebé. Y aun los defensores del colecho recomiendan no practicarlo si se está muy cansado, si se han consumido drogas (incluyen el cigarrillo y el alcohol) y si se es obeso. Para todos los demás casos es imposible que suceda.
En lo que a mi respecta, no creo que haya un método eficaz para lograr que nuestros hijos duerman. Creo que cada padre tiene derecho a escoger de que manera educar a sus hijos. En mi caso, creo que no practico ninguno en particular, aunque mi bebé insiste en que me quede con el colecho (como negarselo! jaja). Si admito que, por aquellas noches es las que no solía pegar un ojo, solía ponerlo en mi cama para que se durmiera, pero luego lo pasaba a su catre, más por miedo a aplastarlo que por otra cosa (siempre he sido muy mal dormida). Y aun hoy, con 20 meses, mi bebé se sigue durmiendo en mis brazos, con canciones de cuna o viendo Adriana en el dvd. Y aun hoy, cuando se despierta antes de tiempo, lo llevo a mi cama para que duerma con nosotros, ¡y esa es la parte más linda de todas!
Aun así, cada uno debería hacer lo que mejor le parece y como mejor le salga y no preocuparse por lo que opinen o recomienden los demas, después de todo, los padres deciden.Gracias por seguir nuestro trabajo!
Estamos en
Twitter
Facebook