CATALUÑA
La II República y el autogobierno de Cataluña
- ALBERT BALCELLS
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- 4 OCT. 2017 07:45
Foto archivo.
El día en que Cataluña se separó de España"No pierdan en un día lo que ganaron en 40 años"La independencia no ha sido la primera opción del movimiento catalanista mayoritario. El independentismo ha sido la consecuencia de la negativa española a la autonomía o de la desilusión ante el deterioro de su autonomía o su insuficiencia práctica en temas básicos.El separatismo de la agrupación Estat Català de Francesc Macià en los años veinte fue la consecuencia de la negativa del Congreso español a un estatuto de autonomía para Cataluña en 1919 y de la dictadura de Primo de Rivera, que liquidó en 1925 la modesta Mancomunitat de Catalunya, una federación de las cuatro diputaciones provinciales, constituida en 1914. Pero Macià, que era independentista de la Monarquía española, no lo era de una República, especialmente cuando los republicanos y socialistas españoles prometieron la autonomía de Cataluña en el Pacto de San Sebastián de agosto de 1930.La victoria aplastante de ERC en los comicios locales del 12 de abril de 1931 fue un vuelco electoral que solo se explica por la experiencia de que bajo la monarquía era imposible la autonomía de Cataluña. Se consideraba fracasada la estrategiaposibilista de la Lliga Regionalista de Cambó, que aceptaba el marco de una monarquía que se había deslegitimado avalando seis años de dictadura.El 14 de abril de 1931, Macià proclamó en Barcelona la República Catalana horas antes que en Madrid. Tres días después la retiró y la sustituyó por un gobierno provisional de la Generalitat. La confianza de los catalanes en la República era en aquel momento ilimitada porque gobernaban en España los partidos del Pacto de San Sebastián. Constituyó una primera desilusión la oposición que las Cortes constituyentes de izquierdas ofrecieron al moderado estatuto aprobado en Cataluña por el 75 por ciento del censo electoral en agosto de 1931.Un año después, la sanjurjada fue un toque de alerta para todos y se acabó aprobando un Estatuto en septiembre de 1932, pero notoriamente recortado en dos aspectos cruciales: la enseñanza y la financiación. A pesar de todo, Macià y ERC consideraron que era válido. La desconfianza empezó con la victoria electoral de las derechas en noviembre de 1933.En el contexto de la gran depresión, Hitler acabó con la democracia en Alemania. La paz en Europa volvía a estar amenazada. Mientras tanto, crecía la influencia del modelo soviético, a pesar de la autocracia de Stalin y sus enormes costes humanos. Los socialistas españoles amenazaron con una huelga insurreccional si la CEDA de Gil Robles entraba en el poder. Ello era inevitable porque la derecha católica y centralista era la primera minoría parlamentaria, pero los socialistas temían que hundiese la República desde el Gobierno.