Revista Opinión

Del gobierno de los Príncipes- Tomás de Aquino ( Pensamiento filosófico).

Publicado el 21 abril 2019 por Carlosgu82

Al momento de analizar una figura como la de Tomás de Aquino, en su texto llamado Del Gobierno de los Príncipes, se puede apreciar un fuerte influyente aristotélico consistente en las ideas éticas y políticas. Como actor propulsor de la escolástica durante  el siglo XIII, busca dar un énfasis al análisis de los tipos de gobierno, ya que, hay tanto un poder de los distintos señoríos gobernantes como de las órdenes religiosas. Por lo mismo, cabe recalcar, que los tratados expuestos por el teólogo santo pueden ser ideas tanto de carácter justificativo como cambiante.

Como se mencionó, hay influencias de Aristóteles en sus escritos, es más, siempre lo toma a este como carácter de comprobación para justificar una idea. El uso reiterado de Aristóteles, hace que se cambien de alguna manera los paradigmas anteriores de pensamiento platónico. Para el teólogo, la República ideal ya no estaría basada en una Aristocracia (aunque es una buena opción) sino que preferentemente en una “Monarquía Real”, que expresado en dos términos, el santo describe: “Así como el gobierno del Rey es el mejor, así es el peor el del tirano” (Aquino 22). Tal muestra de contraparte, nos sirve para comprender, que también el gobierno monárquico puede ser llevado a malas manos, pero por lo mismo es que no tiene el adjetivo de Real

Aplicablemente, cuando se está hablando de virtudes  que son aptas para llevar a cabo un buen régimen de gobierno, se habla de características que sirven para una asociación armónica de individuos. Lo que busca hacer el teólogo es justamente eso, analizar las características de algunos tipos de gobierno, e ir descartando los que no cumplan con las características específicas que el propone. Aunque puedan ser más las los atributos que sirven para un mandato ideal, en este escrito se emplearán dos; la verdadera justicia y la paz.

Para Tomás de Aquino, el ser humano naturalmente necesita de un acompañamiento, ya que necesita proveerse de cosas necesarias y de usar la razón que lo diferencia de los animales. En ello también, cada uno tiene su propia virtud, ya que algunos son mejores que otros para ciertas cosas y viceversa. En el caso del teólogo, siempre toma de ejemplo a Roma, de lo que en cuanto a ocupaciones nos describe: “Porque como el niño recién nacido no puede criarse ni crecer sin la leche del ama, así una ciudad sin abundancia de mantenimientos no puede tener muchedumbre de gente” (Aquino 63), por lo que se hace siempre necesario gente apta para el oficio y que sirva en sociedad. Pero cabe preguntarse en qué consistiría un régimen de acuerdo mutuo, o dicho de otra manera, que haga a todos partícipes según sus características particulares.

A simple vista, el acuerdo común  entre varios miembros podría ser una solución, pero esto no es así. El problema de que exista una policía o buen gobierno de muchos, es que tendrían el poder necesario y obrarían muy desordenadamente contra su representante en el mandato, tal es lo que pasa con la Democracia también al no existir realmente un acuerdo mutuo entre tantas personas. Entonces el poder de muchos lo que haría es inclinarse hacia una tiranía, ya que la mayoría quisiese una cosa y para los demás las leyes estarían en desventaja. Pero si el problema radica en que muchos harían mal uso de un poder, ¿Su solución estaría en una Aristocracia o una Oligarquía? Pues no, y aquí se diferencia bastante el teólogo de las ideas platónicas; las ideas para que logren ser establecidas en un buen fin, debe ser reguladas, y para ello debe existir un buen aparato rector.

Imagen de TeroVesalainen en Pixabay


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