Revista Empresa

Del happytalismo al realismo

Por Miguelottin @miguelottin
Del happytalismo al realismo

DEL HAPPYTALISMO AL REALISMO

El artículo anterior sobre felicidad y economía, me hizo estar optimista, pero la realidad es muy tozuda, y este, me rebaja el nivel de optimismo. Alguien dice que un pesimista es un realista informado. Asimismo, expuse que dudaba Bután siguiera como el país más feliz del mundo, y que España ocupara el puesto 23 del Índice Global de Felicidad.

Pues…la realidad es que Bután, al pasar de medir sólo los aspectos cualitativos, (educación, sanidad y cultura) a valorar e incluir aspectos económicos, resulta que ha descendido al puesto 97. Y España, al puesto 29.

¿Tienen curiosidad por conocer que país ocupa el puesto número 1, del citado I.G.F.? Finlandia. Y otros países nórdicos le secundan, Dinamarca e Islandia. Casualmente siguen en el ranking países europeos, Suiza, Holanda, Luxemburgo, Suecia, Noruega. Completan el Top10, Israel y Nueva Zelanda. Cierran la lista, Ruanda, Zimbabue, Líbano y Afganistán.

Me hace estar pesimista, hechos, circunstancias y/o noticias, como que el gobierno español ya gasta más en pagar por los intereses de la Deuda pública, que en la partida que destina a Servicios públicos básicos. Para hacernos una idea aproximada de la magnitud o dimensión de estos servicios públicos, exponer que se componen de capítulos de Justicia, Defensa, Seguridad ciudadana e Instituciones Penitenciarias, y Política Exterior y Cooperación para el Desarrollo.

La previsión del gobierno para la cifra que tendrá que destinar a pagar los intereses de la Deuda, es de 32.000 millones, que a la vista de la evolución de los tipos de interés, seguro se quedará corta. No quitemos el foco del montante de la Deuda pública, que ha superado los 1,5 millones de euros. Hay opiniones que realmente supera los 2 billones. ¡Calculen!

Me hace estar pesimista, que la deuda de la Seguridad Social ha superado los 100.000 millones. Concretamente, ha alcanzado la cifra de 106.000 millones. Esta deuda se ha triplicado desde 2018.Endeudamiento, consecuencia de la ¨nómina¨ anual por el pago de pensiones, que este 2023 ascenderá a 190.000 millones. Para ponerlo en contexto, el costo de la Sanidad Pública supone 75.000 millones. Y el costo de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y la Guardia Civil, suma 27.000 millones.

Me hace estar pesimista, el elevado importe que se destinan al pago de las prestaciones por Desempleo más de 21.000 millones, y que el pago de Subsidios se ha visto muy incrementado. Pero tampoco perdamos el foco sobre el porcentaje de la población en riesgo de pobreza, que supera el 22%  
Me hace estar pesimista, que los españoles somos más pobres y con menos esperanza de futuro. La realidad es que la riqueza de los españoles ha caído, el PIB per cápita se sitúa en torno a los 29.000 euros, habiéndose retrocedido a niveles del 2017. Nos estamos alejando de un ciudadano medio de la Unión Europea.
Y por supuesto con incremento de la recaudación fiscal. Según datos del informe anual sobre ingresos fiscales, la presión fiscal española estuvo en el 38,5% el año 2021, frente al 37% que arrojó el país en el año 2020. Con este porcentaje, supera la media de la OCDE que se situó en el 34%. Si se hace una comparativa por países, de los 36 de los que se disponen datos, España estaría en sexta posición por porcentaje de presión fiscal.
El año 2022 se convirtió en el año con mayor volumen de ingresos tributarios del Estado. Según la Agencia Tributaria, el crecimiento de ingresos fiscales superó el 18%. Debido a la inflación e incremento de precios, a final de octubre ya se había superado la recaudación del año anterior. A 224.000 millones de euros, ascendía la recaudación al mes de octubre. 
Recientemente se ha celebrado el Foro Económico Mundial de Davos, y una de las declaraciones que más han trascendido, es la preocupación de muchos países, por ¨un accidente¨ de la Deuda Pública. Problema que afecta los países más endeudados, entre ellos España, temiendo una ¨tormenta¨ con la Deuda y en consecuencia el temor de que los mercados dejen de financiar a un Estado, en base a la posibilidad de que sea insostenible. ¿Quién en su familia o en su empresa lo permitiría? ¡Pero... eso es otra historia!

Miguel Angel OTIN LLORO



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