Ha llegado el final del verano. Bueno, un meteorólogo no diría eso, pero mi fin estival viene marcado por la vuelta al cole. Mis hijos vuelven a clase la semana que viene. Esto implica varias cosas: la inevitable vuelta a la rutina (con sus horarios y demás carreras), pasar de estar 24 horas con todos mis hijos a pasarlas sólo con el Peque y ver a los otros dos sólo por la tarde-noche, la llegada del otoño (mi estación favorita, ¿soy yo o ya casi huele a magdalenas de calabaza?), el fin del calor (¡por fin!, qué mal llevo las altas temperaturas) y un montón de compromisos familiares que nos llegan entre finales de septiembre y octubre y que ya no acabarán hasta finales de enero (ya os conté que la familia del Tripadre es muy grande).
Respecto al blog, como podéis ver, sigue como antes del verano. No hay ningún cambio apreciable a simple vista. De haberlos, vendrán con la caída de las hojas. Sin embargo, en la entrada sobre el horario de verano, dije que iba a pasar de publicar entradas diarias a publicar tres o cuatro a la semana porque, con los niños en casa, el tiempo no me iba a dar para más. Y de hecho, así ha sido. Aunque he seguido leyendo los blogs que me encantan, poco tiempo he tenido para poder comentarlos. Y el poco que he conseguido arañar, lo he empleado en contestar vuestros comentarios en mi blog. Y aún así, creo que aún hay algunos por contestar. Lo haré en breve, no os preocupéis, porque me encanta leer vuestras opiniones y contestaros.
Pero a lo que iba, que me lío. El caso es que el hecho de publicar días alternos me ha dado un respiro con el blog. Como bien dice En paro biológico, empezamos a escribir el blog porque nos divierte, nos distrae, nos aporta cosas y quienes lo escribimos esperamos aportar algo también a quienes nos leéis. Y he llegado a la conclusión de que escribir a diario haría que el blog se convirtiera en una obligación y entonces perdería su sentido, al menos para mí.
Cierto es que nadie me impuso al principio escribir a diario, lo hice porque tenía ganas de escribir todos los días. Pero ahora el Peque es algo mayor, anda, se sube y se baja del sofá él solo, ordena el salón a placer… es decir, requiere más mi atención. Además, he abierto un canal en YouTube y hacer los vídeos, aunque me encanta y me lo paso genial, también me quita tiempo para otras cosas. Así que creo que lo mejor va a ser continuar con las tres o cuatro entradas semanales. Seguiré el ritmo de publicar los lunes, miércoles y viernes. Sin embargo, mientras dure el Carnaval de la Maternidad de la A a la Z, las del miércoles pasarán al jueves y, probablemente, las del viernes al sábado. Y, bueno, siempre os podéis suscribir para recibir las entradas cómodamente en vuestro email independientemente del día que las publique .
Si me apetece volver a publicar a diario, volveré a hacerlo. Si veo que así está bien, así seguiré. Si veo que aún así no llego, reduciré las entradas semanales. Ya os iré contando.
CONTRAS:
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Sé que hay gente a la que le encantaba que publicara todos los días. Espero que comprendan mis razones.
PROS:
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Independientemente del número de entradas, lo que es seguro que habrá entradas todas las semanas. Y, a ser posible, un vídeo también.
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La vuelta al cole es dura para todos, hijos y padres. Me gusta pensar que si a mí se me hace complicado sacar tiempo para escribir, a vosotros también os cuesta sacar tiempo para leer. En fin, quien no se consuela es porque no quiere, jejeje .
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Al reducir las entradas, espero también disponer de más tiempo para disfrutar de mis blogs favoritos. ¿Cuáles? Pues los que aparecen en la columna de la derecha, por ejemplo .
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Esta nueva etapa, en la que ya nos vamos conociendo, espero poder sorprenderos. Y hasta ahí puedo leer (música de suspense).
Ahora os toca hablar a vosotras. ¿Me acompañáis en la vuelta al cole?