Venga, que hoy es viernes y, como parece ser ya una costumbre, aquí os traigo otro juguete más. Aunque éste también podría catalogarse como cachivache. Se trata de un móvil de bebé para la cuna y yo lo aconsejaría a partir de los seis meses hasta que el retoño sea capaz de tirar de él y echárselo encima con el consiguiente golpe, llanto y chichón. Momento en el que aconsejo encarecidamente retirarlo de la cuna. Dicen que con medio año, el bebé es capaz de centrar la mirada en objetos algo más alejados. Por eso creo que antes no merece la pena.
Básicamente, los móviles consisten en un artefacto que permanece quieto con objetos colgantes que se pone sobre la cuna para entretener a los bebés. Móviles para cunas hay muchos: con movimiento, sin él, con música, sin ella, con luces, sin ellas… y con todo junto o sin nada de lo anterior.
Éste de la foto se lo regalaron al Mayor cuando nació y ha pasado con éxito por los tres Trastos y aún sobrevive y funciona perfectamente. Si tuviera que recomendar uno entre todos los que hay, sin dudarlo yo recomendaría éste o uno muy similar. Tiene movimiento tanto de los ositos voladores (que se retiran fácilmente y se pueden lavar en la lavadora) como de unas mariposas proyectadas en la pared mediante luces (tenues), también tiene música (varias melodías a elegir), tiene volumen (alto y bajo, para mí, muy importante), proyecta en la pared o techo con movimiento mariposas (sí, ya lo he dicho), tiene una lucecita fija en la parte de abajo que puede ver el bebé (y que se puede apagar si se quiere) y, lo más importante para mí (además del volumen), cada una de estas cosas son independientes. Es decir, se puede poner sólo la música o sólo el movimiento o sólo la proyección o nada.
Además de todo esto, tiene mando a distancia con el que ponerlo en marcha desde una distancia prudente. Otra cosa importante a tener en cuenta es que, aunque sea para poner en la cuna, permite no hacerlo. Si se le quita el enganche para acoplarlo a los barrotes de la cuna, se puede doblar y poner sobre una mesa o superficie plana y horizontal. Lo que resulta muy útil si el bebé duerme en la cama con los padres o en el cuco o minicuna o algo parecido que no lleve barrotes y, por tanto, no se pueda enganchar de manera fija.
CONTRAS:
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Las pilas. El móvil necesita cuatro pilas de las grandes (si no recuerdo mal) para funcionar. No son las típicas que se tienen en casa, al menos yo. El mando a distancia necesita pilas también, pero de las normales (creo recordar que dos). Si hay por aquí algún Rey Mago cogiendo notas, que se apunte también incluir las pilas en el regalo.
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Que tenga movimiento, música y luz no significa que al bebé en cuestión le vaya a gustar todo. Al Mayor le encantaba todo el aparataje al completo. El Mediano no soportaba la música, daba igual la melodía que eligiera, era ponerla y empezar a llorar. El Peque no lloraba con la música, pero tampoco le entusiasmaba.
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Es un juguete grande y pesado. Por eso recomiendo que lo quitéis de la cuna si veis que vuestro hijo empieza a darle tirones para evitar un golpe. El Mayor consiguió tirarlo y, en el proceso, le hizo una buena marca a la cuna.
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Para engancharlo a la cuna hay que enroscar una rueda en forma de flor a los barrotes. Con el tiempo, se va aflojando y no está de más comprobarla y apretarla de vez en cuando si fuera necesario.
PROS:
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Para mí el móvil es útil, ya no para que se duerma el bebé (que eso depende de la manera en que se haga en cada casa), si no para tenerle entretenido. Yo he podido ordenar la ropita de mis hijos tranquilamente mientras ellos miraban a los ositos dando vueltas o las mariposas en la pared. También me ha permitido ir al baño si oír sollozos.
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El mando a distancia no lo he usado mucho, pero en ciertas ocasiones me ha sido muy útil. Si el bebé estaba tranquilo y el móvil se paraba (creo que dura unos 12 minutos), podía encenderlo de nuevo desde la puerta sin que mi bebé me viera. Lo que hubiera supuesto una llantina al salir yo nuevamente de la habitación. Y antes de que me llaméis mala madre, os recuerdo que tanto el Mediano como el Peque tienen más hermanos que también reclaman mi atención y que yo aún ando a ver si doy con el secreto de la omnipresencia.
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Que se pueda utilizar plegándolo y sin enganchar a la cuna está muy bien. Como he dicho, se puede poner junto al bebé (de pocos meses, si no lo alcanzará y se lo tirará encima) y es muy útil cuando aún no duerme en una cuna grande.
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También es genial que se pueda elegir qué activar y qué no. Y, por supuesto, el volumen. Huyo de los juguetes que tienen un volumen alto y, además no se puede regular, o peor, no se puede apagar…
Éste del que os hablo aquí es de la marca Fisher-Price y es muy fácil de encontrar. Yo llevo viéndolo en los establecimientos desde hace ya 6 años. Si queréis más información, aquí os dejo la ficha técnica del producto. Y si queréis saber mi experiencia con otros juguetes, sólo tenéis que pinchar aquí.
¿Vuestros hijos utilizaron móviles en sus cunas? ¿Cómo les fue? ¿Qué opináis de estos juguetes? Dejadme vuestra opinión en los comentarios, aunque tarde, los contestaré todos y, por supuesto, también los leo todos .
Aprovecho para recordaros que seguimos de sorteo, en concreto de un precioso gnomo navideño (sí, el de la columna de la derecha arriba. Si queréis uno, seguid las instrucciones que hay al final de esta entrada. ¡El lunes anunciaré al ganador del segundo gnomo y comenzará el sorteo del tercero!