Spider-Man pasó de un papel de publicidad a una camiseta blanca de niño.
Mi peque primo, Gabriel, cuando viene a mi casa nos pide hojas para reciclar (otras veces, sube alguna publicidad que dejan en el buzón), coge mis botes con rotus y pinturas (que tengo expresamente para él) y se pone a dibujar.El último dibujo que hizo fue a este Spider-Man. De normal se suele llevar a su casa sus obras de arte, pero este Spider se quedó en mi casa, inacabado, porque no le dio tiempo a pintarlo. Con un imán lo colocamos en la campana de la cocina.Día tras día, lo veía ahí, y me gustaba tanto su diseño, que decidí hacerle una camiseta con ese dibujo usando rotuladores textiles.
Decidí ponerle color, basándome en el Spider verdadero.A mí, personalmente, el resultado me encanta. Y no sólo éso, sino que Gabriel lleva en una camiseta un dibujo suyo, que ha hecho él mismo, y que además, nadie tiene otra igual.Si te gusta la idea y quieres una, pero no te atreves, no tienes los materiales necesarios, o no tienes tiempo, envíame un mail. Puede ser un regalo perfecto para estas navidades.
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