Ha sido algo peor que el sufrimiento lo que me ha llevado a cometer este acto vil.
Fue el aburrimiento de todo hecho.
Y ahora en la cocina, posado en gachas, con el corazón traicionado, me froto las uñas hasta el hueso.
Frente a mí 2 cuerpos desnudos yacen muertos, los maté.
Eran mi amado y lo que supongo, era un hombre que había traído a casa.
Desesperando de placer y arrepentimiento mi mente se hace añicos, mi conciencia y cordura flaquean entre lo insoportable, pensamientos viajan por toda mi cabeza, me siento atrapado en mí mismo ¡¡Ayuda!!
Entre mi locura escucho tentaciones de suicidio, Apollyon me contempla discreto, el miedo me ha llegado hasta la espina…
-¿Qué has hecho?
-No lo sé
-¿Los mataste?
-No he sido yo
-¿Porque lo hiciste?
-No encontré salida
-Fue pecado lo que has hecho
-Ya no importa si lo es o no
-Tu alma estará condenada al aburrimiento eterno de aquí en adelante
Perplejo, con susto en el corazón busqué retroceder y poder regresar, la exasperación me consume, la incomodidad me tiñe el cabello de blanco justo como la vida misma.
He escarpado en mis deseos pero ya no es posible, debo expiar mis pecados. Dios me ha castigado dejándome a la suerte de su contrario.
La penitencia ya no es una opción, vagaré en el infierno, infierno que nunca me ha dejado, incluso ni en la vida.
Aceptando el azar de su voluntad me he preparado para lo peor…
-¿Porque he de castigarte si has seguido mi voluntad?…