Revista Cultura y Ocio

Del poema de cada día. hoy, miguel, de sabrina foschini

Por Harendt
DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY,  MIGUEL, DE SABRINA FOSCHINI

MIGUEL

Tengo bajo mis pies la sangre de mi amigo.

Su mordisco en el filo de mi lanza.

Éramos vecinos, compartíamos sueños,

llevábamos los mismos emblemas sobre la coraza.

Sus alas eran más grandes que las mías,

cubrían mejor las distancias.

Más rápido en la carrera y en la risa,

más hábil en prevenir los deseos del padre.

Él nos miraba sonriendo, como disfrutando de nuestro parecido.

Pero su rostro era más bello que el mío.

Menos manchado por las imprecisiones.

A menudo me decía que el gozo absoluto de la eternidad lo asustaba.

Hablaba despacio como si así el padre no pudiera oírlo.

Yo veía que este pensamiento le cambiaba las manos,

le oscurecía la piel.

Llevo manchas de sangre sobre los pliegues limpios de la túnica.

Una franja de tierra atada a la cintura.

Una corona de espinas alrededor de mi mano derecha…

Siempre me pudo en la lucha

pero la duda lo había debilitado,

erosionado las caderas como una marea.

Cuando cayó me dio tiempo de ver sus ojos arder.

Creo que en el mundo esto se llama llorar.

Un verbo que aprendí de él.

En secreto estudiaba las palabras de los hombres,

y sus movimientos falsos.

Tenía sed de todo.

Tenía envidia de la tierra.

Mientras caía bajo la simetría aguda de los golpes

me pareció que sonreía.

O así quiero creerlo.

Confieso que habría preferido no cumplir esta misión.

Soy yo quien ha dejado ese hueco vacío junto al Padre.

Desde entonces mi mano empuña en cada gesto un arma.

Y tengo a mi amigo bajo mis pies.

SABRINA FOSCHINI (1968)

poetisa italiana

DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY,  MIGUEL, DE SABRINA FOSCHINI

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