Frente al continuo ir y venir de películas de animación que presentan personajes histriónicos como manera de llamar la atención, Del revés se la juega agarrando el corazón desde el primer momento para no soltarlo hasta el final. Es un riesgo porque a veces le hace daño y lo aprieta. Pero no lo rompe. Del revés es la digna sucesora de Toy Story con la que guarda alguna que otra relación, empezando porque el guionista de aquella es el director de esta. Dentro de nuestra cabeza las emociones rigen nuestra manera de ser y de sobrevivir a cada instante. Pete Docter es, para mí, el hijo predilecto de Pixar: un artista y ante todo un genial contador de historias. Imposible no embobarse ante tanto talento. Un talento que se mide en la sencillez, en la ternura y una sana manera de ver y mostrar el mundo.
A estas alturas de la película, intentar hablar de una película de Pixar sin mirar a su filmografía es bastante difícil. Algo así como cuando Woody Allen entraga su película anual. Es casi necesario componer un párrafo de sus cincuenta películas precedentes. En Pixar el disparo de salida se dio en 1995 con Toy Storargsdgsd y llegamos al 2015 con Inside Out (Del revés, IntensaMente, Divertidamente, etc). Esta vez la crisis emocional de Riley de 11 años es la apuesta de Pixar para recuperar la confianza perdida. El resultado es más que digno con mucho momento para llorar de alegría.
Los cinco sentimientos primarios (alegría, tristeza, asco, miedo y furia) son básicos. Básicos en la medida en que Indiana Jones también lo es: es predecible y sorprende en la medida en que sabemos cómo va a actuar. Lo que decide hacer Pixar es -como es habitual en sus pelis- mostrarlos en un estado en el que no se entienden a sí mismos. Es el caso de Alegría y Tristeza. La primera ha tomado el control de la sala de control y toda la vida de Riley hasta los 11 años no tiene ni un solo recuerdo triste. Un juego que ha entregado dúos magníficos como Woody-Buzz o Nemo y su padre. Todo resplandece en un acogedor color amarillo. ¡Más quisiera alguno tener unos recuerdos tan felices sin tristezas ni penurias! ¿No?
Pete Docter ha entregado alguna película mejor que esta. En lo alto está Monstruos S.A. con una historia perfecta que agarra el corazón y a veces lo acaricia y otras lo aprieta hasta doler pero que te lo devuelve nuevo. En Del revés quizá la masa madre sea más profunda jugando con unas ideas menos elaboradas pero en estado puro pero le falta un par de vueltas en la cabeza de Docter.
Un apunte para los que ya hayáis visto la película:
Si bien cada sentimiento de Riley es monocromático, Alegría comparte color con Tristeza. Su pelo azul no es un capricho de guion. Si Alegría fuera toda amararilla nunca podría haber entendido que la tristeza precede a cualquier momento de entusiasmo y sus ojos azules lloran lágrimas al contrario que el amigo imaginario que llora caramelos, pues no está en su naturaleza la tristeza. Y es en el momento en que descubre junto a Alegría su propósito vital cuando sabe desaparecer.
Hay alguna que otra película que recuerda a los personajes de Del revés: Scooby-Doo y compañía, Los 7 enanitos y por supuesto la propia Toy Story (con 3 peliculas, yo no digo nada…).