A la altura, quizá, de Tudela Veguín, en un julio asturiano, Mr. Froy miraba al clima teológico.
Hay algunas creencias japonesas, peculiares y antiguas, en torno a la eficacia mágica de cierta operación mental, sugerida, aunque no descrita, por el verbo nazoraeru. La palabra en sí no encuentra traducción adecuada en otra, pues se emplea para referirse a distintos tipos de magia mimética, así como a la ejecución de numerosas acciones de fe religiosa. Los significados comunes de nazoraeru, según los diccionarios, son "imitar", "comparar", "enlazar"; pero su sentido esotérico es sustituir en la imaginación un objeto o una acción por otro, de forma que se obtenga un resultado mágico o milagroso.
Por ejemplo: quizá no pueda permitirme construir un templo budista, pero sí puedo depositar un guijarro ante la imagen de Buda con el mismo sentimiento de piedad que exigiría la construcción del templo si fuera lo bastante rico para hacerlo. El mérito de ofrecer así ese guijarro se considera igual, o casi, al mérito de alzar el templo. [...] Si hiciera un hombrecillo de paja...y lo clavase con clavos de, al menos, diez centímetros en un árbol del templo a la Hora del Buey, y la persona representada en la imaginación por ese hombrecillo de paja muriese luego con atroz agonía... eso podría ilustrar un significado de nazoraeru.
Lafcadio Hearn (1903): Kwaidan: Stories and Studies of Strange Things