Caemos antes los medios y sus artículos sobre el bien mayor. Algunos hablan de la injusticia, pero otros de la justicia dada por parte de las fuerzas de seguridad. No de un lugar específico, ya que ningún país se salva de la violencia bruta de aquellas fuerzas que deberían resguardar la Seguridad Nacional. Atacan, golpean y matan con la excusa de que acaban con la delicuencia, pero en muchas ocasiones estamos ante una delicuencia disfrazada. Persiguen sin corroborar el delito. Es común escuchar decir que las fuerzas te catalogan según tu tez y forma de vestir. Y no es solo una habladuría popular. Es un dicho cierto. Tú, él, ella, aquel, aquella, yo; todos nosotros podemos dar un ejemplo y decir que hemos visto o nos han comentado que vivieron un hecho de discriminación por parte de un uniformado. Les daré un ejemplo aunque no me resulté necesario hacerlo por la obviedad de la situación. En mi país, Argentina, la policía de la Neuquén dejó en coma a un joven, que supuestamente había robado un perfume. Hay dos hipótesis: el chico se cayó desde una altura de cuatro metros cuando intentaba escapar o recibió una intensa golpiza por parte del cuerpo policial. Aún evualúan que hacer con los policías, a pesar que hay un video donde se muestra la agresión física. El hecho en sí, es abrumador, no necesitaría decir que el muchacho tenía en su bolsillo la factura de su compra. No solo lo golpearon injustamente, sino que él ni su familia han tenido respuesta del gobierno provincial. Sí, sé que tal vez me dirás que el chico consumía. Es verdad, no porque lo creas tú o yo, sino que la madre de la víctima se lo dijo a la prensa. Sin embargo, el chico no tiene antecedentes y trabajaba. Además, si fuera un adicto, ¿no hubiese comprado droga en vez de un perfume de alto costo? No justificó el consumo, pero hay que saber diferenciar entre un adicto y un consumidor. Tampoco es que viene al caso, la verdad es que el joven no cometía ningún delito a la hora de transitar por la calle. Fue detenido y gravemente lastimado sin razón alguna. No caigamos en los estándares, la policía actúo mal, no importa del lado que lo mires.
Quiero que piensen y respondan: ¿cuál es el trabajo de las fuerzas de seguridad? Sabemos que cada territorio del mundo tiene sus leyes, que hay países avanzados en la promulgación de derechos humanos y otros que aún están retrasados por cuestiones impuestas hace años en sus sociedades. Sin embargo, no es difícil englobar la pregunta. Por mi parte la fuerza de seguridad debe actuar según la ley, pero decirlo hasta parece inocente de mi parte. Si un Estado no controla que las leyes se cumplan, en difícil que los civiles y empleados públicos las respeten. Esto representa una más de mis obviedades. A lo que quiere llegar es que sin duda si una fuerza es capaz de matar a un cívil es porque alguien se lo está permitiendo. No hablo solo del Estado o un gobierno provincial, sino también de la sociedad misma.
No quiero sin embargo que comprendan que acuso, mi mera opinión va hacia las fuerzas en general, no me detengo a clasificar si hay o no uniformados honestos, cumplidores y dignos de mérito. Me dispongo a pensar hasta cuándo como pueblo vamos a seguir atancándonos a nosotros mismos. El uniformado también es pueblo, igual que el representando de Estado y demás políticos. Si justificamos un solo acto de violencia, estamos ante todo incumpliendo nuestra ley, cualquier mandato moral y sobre todo, estamos promoviendo la inhumanidad.
Seamos conscientes del legado que dejamos, somos los ciudadanos y adultos de hoy. Sé que es un tema complejo, sin embargo, creo firmemente que no hay justificación para avalar este acto de violencia ni cualquier otro. No crean que la violencia se acaba con otro grado superior de violencia. No formemos más monstruos. A pesar de que la fuerza ataque a un joven que si cometió un delito, tampoco se puede decir que actuó correctamente. No confundir reducir, con golpear o matar.