Los lectores del New York Times nunca sabrán si eran extranjeros o no los delincuentes que le arruinaron las vacaciones en España a Benjamin Bederson, al matrimonio Harryette y Stanley Helsel y a otros neoyorquinos que protestaron en el periódico contra la inseguridad en este país.
Saben que solamente este domingo, 14 de abril, el periódico publicaba estos nuevos casos de delincuencia española en “Cartas al Director”, sección que orienta muchas de las tendencias que siguen los estadounidenses influyentes.
El 87 por ciento de los maleantes son extranjeros, según José María Aznar, pero eso no aparece en el NYT, periódico que el pasado marzo publicó un reportaje que pretendía ser sobre Gaudí y Barcelona, y que terminó resaltando la delincuencia en España.
La oficina turística española en NY contestó que este país no es más inseguro que otros europeos o que EEUU, afirmación desmentida inmediatamente por cartas de turistas decepcionados.
El goteo denuncias siguió en el periódico hasta los casos publicados solamente este último domingo:
Bederson, que nunca fue atracado en sus 80 años en NY, en tres días en Barcelona sufrió un robo y tres tentativas más, y a los Helsel les pincharon las ruedas del coche alquilado para aparentar ayudarlos y robarles.
Los culpables de éstos y otros casos quizás sean extranjeros. Pero no lo comprobarán quienes, tras leer periódicos internacionales, como el NYT, ya nunca vendrán a España, donde el turismo rico es la mejor industria..
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