Aunque el título puede inducir a error, no voy a hablar de la actualidad política nacional.
Por el contrario, y aun arriesgándome a que se me tache de endogámica (que es un piropo que a menudo nos echan a los universitarios), sobre tan ejemplar materia -la delincuencia- versaré a partir de los más próximos y afines: los escritores.
Lo hago a partir de uno de nuestros mejores narradores actuales, JOSÉ OVEJERO, y de su reciente ensayo: Escritores delincuentes.
Nada más salir, me lancé sobre el libro: no sólo por la confianza en el buen hacer de este escritor sino por el interés que la ecuación escritura-cárcel siempre ha despertado en mí, llevándome a reunir (dada la peculiaridad de nuestra historia) una ingente cantidad de materiales que quizás algún día...
Por fortuna, enseguida comprobé que José Ovejero le ponía puertas al campo y excluía del suyo aquellos casos que habían centrado mi interés. Para él, "un escritor delincuente será aquel que ha cometido delitos tipificados en el código penal, sin intencionalidad política declarada, y que ha pasado por ello un tiempo prolongado en la cárcel, siempre que el delito o sus consecuencias, también las penales, hayan tenido una influencia consderable en la vida o en la obra del escritor".
(pág. 33) Aun así, y por motivos diversos, Ovejero excluye a unos cuantos (sobresalientes) que podrían haber entrado en su libro. Entre otros, César González Ruano
(quizás porque otro gran novelista, José Carlos Llop, trató de ello en París: suite 1940, Barcelona, RBA, 2007),
Pedro Luis de Gálvez, Cervantes, Joe Orton, André Malraux, Jack London, Álvaro Mutis... por citar los más conocidos.
Se ocupa, por ejemplo, de François Villon, Karl May, Chester Himes, William Burroughs & Co., María Luisa Bombal (la conoció Rosa Chacel y dejó un buen retrato en sus diarios) o Jean Genet (naturalmente). También de otros de vidas muy curiosas, aunque la escritura les llegó algo azarosamente -al modo de Eleuterio Sánchez (el Lute) o el Vaquilla (que no aparecen aquí, pero lo pongo como referencias de todos conocidas)-; es decir, escriben después de delinquir porque la cárcel lo permite, tolera, propicia, consiente... etc.
No desvelo más para mantener el gusanillo de la intriga/curiosidad. Sólo deciros que el libro está muy bien escrito, con una medida dosi (y ars combinatoria) de narracióny reflexión, más breves biografías o retratos de los susodichos delincuentes.
Me interesó especialmente el caso de la archiconocida escritora de novelas de suspense Anne Perry (es decir, Juliet Hulme) y su amiga Pauline Parker.
Porque si a otra escritora, es un suponer, le diera por poner en una novela a una adolescente que se pule a su madre (bueno, a la de su amiga, en colaboración o solidaridad) por aquello de vivir "en un ambiente de tensiones, silencios, secretos e hipocresía" (pág. 63), dejando consignado como motivo en sus diarios una turbia mezcla de instintos básicos -erotismo-, violencia sublimada (civilizada), humillaciones, carencias afectivas y bovarismo....
"Las dos chicas pasaban muchas horas juntas escribiendo; en el momento del crimen habían escrito poemas, varias novelas, obras de teatro, una ópera. En sus fantasías se daban nombres inventados y se transformaban maravillosos, crearon una religión y una moral propias, se elevaban por encima de los demás mortales: Somos tan brillantemente inteligentes que probablemente no hay nada que no podamos hacer, escribió Pauline". (págs. 63-64)
¿qué pensarían los críticos sesudos?
P.S.
O la memoria me traiciona, o Anne Perry nos ha visitado recientemente, durante la Semana Negra de Barcelona (me enteré tarde, lo leí al día siguiente).
Y...
puestos a pedir, me hubiera gustado encontrar entre los Escritores delincuentes de José Ovejero un capítulo dedicado a un gran escritordelincuente autóctono, recientemente (en diciembre de 2011) fallecido: Gonzalo Torrente Malvido, de quien su sobrino -otro gran escritor: Marcos Giralt Torrente- escribió una brillante Necrológica en El País : "Gonzalo Torrente Malvido: la vida literaria del hijo del escritor".
JOSÉ OVEJERO: ESCRITORES DELINCUENTES. MADRID, ALFAGUARA, 2011.