Revista Cine

Deliver Us from Evil – The Cove

Publicado el 24 marzo 2010 por Correotomas

Tiempo atrás, vi por primera vez Capturando a los Friedman. Llegó a mis manos casi de casualidad, y tuve que hacer un esfuerzo por verla, ya que no me atrae el género “documental”, o mejor, priorizo siempre las películas de ficción.
Quedé maravillado por esa historia, por el registro, los testimonios, las dudas, ambigüedades, y también los hechos, las pruebas, las causas y consecuencias.
Fue tal el impacto que generó en mí como espectador, que quise seguir alimentándome de otros films así de contundentes e intensos. Y por ese camino descubrí a Líbranos del mal (Deliver Us from Evil, 2007), de la realizadora Amy Berg, y nominado al Oscar.
Cito la sinópsis de Film Affinity: “Documental sobre los escándalos sexuales de la Iglesia Católica en Estados Unidos. […] Narra la historia del padre Oliver O’Grady, el más conocido pedófilo de la historia de la iglesia moderna. Depredador sexual compulsivo, carente de remordimientos, O’Grady usó su encanto y su autoridad como líder religioso para violar a docenas de niños de familias católicas por todo el norte de California durante más de 20 años. A pesar de los indicios y las quejas de varios feligreses, la jerarquía de la Iglesia urdió un elaborado plan para enmascarar sus delitos y desacreditar a sus acusadores mientras trasladaban al padre O’Grady de parroquia en parroquia. Unos documentos internos de la iglesia demuestran que violó y sodomizó con el pleno conocimiento de sus superiores. La directora Amy Berg contactó con el padre O’ Grady, y milagrosamente le persuadió para que interviniera en el rodaje del documental. Utilizando su escalofriante testimonio como punto de partida, la película expone el alto nivel de corrupción dentro del seno de Iglesia Católica, y anima a alguna de las víctimas a narrar sus desgarradoras experiencias.”
El film transmite una impotencia por la desidia y la simulada ceguera del alto clero que indigna, y los testimonios de las víctimas, hoy convertidos en adultos, son conmovedores. El momento de mayor crudeza llega cuando varios de ellos, con la ayuda de un sacerdote, redactan una carta dirigida al Papa, y viajan especialmente al Vaticano para ello. Sean testigos Uds. mismos de lo que ocurre. De visión obligatoria, sobretodo en escuelas de sacerdocio, aunque eso no vaya a suceder.
Asusta el dato del porcentaje de víctimas que callan sus testimonios de por vida, y que ronda un 80%.
En un registro bien diferente, con una mayor producción, y avalado por varios organismos no gubernamentales, quise ver el largometraje documental ganador del Oscar en la última entrega, La caleta (The cove, 2009).
Dirigido por el antiguo fotógrafo de National Geographic Louis Psihoyos, quien contactó al que fuera el adiestrador de Flipper, el encantador delfín que dio origen a la emblemática serie, y que actualmente se muestra arrepentido por haber formado parte del inicio de un mercado industrial poderoso a partir de la imagen de los delfines, y lo que devino de allí: acuarios, pesca ilegal, peligro de la especie, etc.
El film documenta la matanza de más de 23.000 delfines en una caleta en Taiji, Wakayama (Japón). Dicha caleta es de acceso denegado, y a Psihoyos y equipo se les ocurre infiltrar micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas como rocas.
La contundencia de las imágenes registradas da pavor. Ver una porción de mar teñida de rojo es de un impacto pocas veces visto.
Desde ya, aquí también visita al espectador la impotencia, al ver cómo los funcionarios japoneses hacen y deshacen a su antojo sin ninguna ley que se los impida.
Dos películas muy fuertes, pero realmente necesarias, dignas y honestas.

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