Revista Cine

Delta 99, de Jesus Flores Thies y Carlos Giménez

Publicado el 05 junio 2011 por Juancarbar

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Y Carlos Giménez hizo Pop! Antes de que decidiera contarnos su biografía, la historia de nuestro país, y nuestra propia vida en comics, de poder permitírselo siquiera, se encargó de este divertido comic, mezcla de ciencia-ficción y de novela de espías, guionizado competentemente por Jesús Flores Thies, quien fue ayudado en su arranque por Josep Toutain, un maestro en eso de poner el ojo en el aspecto comercial sin perder la pasión por la narración gráfica. Si Silver Surfer es la cruz de la moneda, Delta 99 es la cara. Un personaje enviado por una civilización extraterrestre superior para que vele por la raza humana, como un nuevo profeta enviado por los dioses estelares. Una excusa para mostrar una deslumbrante sucesión de aventuras en estado puro y sin conceder respiro, en un ambiente sofisticado y totalmente dinámico, y con un héroe que a cruza a James Bond con Michael Clarke, el batería de The Byrds.

No es este artista todavía el Carlos Giménez que hoy día conocemos, pero aún así su dibujo es embriagador aunque lastrado por algunas carencias narrativas y, seguramente, por cierta premura con los plazos de entrega. Delta 99 comenzó su andadura en 1969 y Giménez se encuentra inmerso en pleno período formativo, donde va ya encontrando su estilo y alejándose de trabajos más impersonales como Gringo. Su trazo elegante, de línea depurada, domina el contraste entre la mancha en negro y el blanco absoluto, y denota la influencia de la estética hippy y la ilustración publicitaria. Desde las primeras páginas se hace evidente para el lector que a estas alturas se halla ante un maestro de la narración gráfica que ha bebido de lo mejor del comic de prensa norteamericano y la bande dessinée franco-belga, encontrándose con sombras de gigantes del noveno arte como Alex Raymond y Hermann Huppen.

El guión, a pesar de pecar de cierta bisoñez y de una amabilidad muy de la época, no rehúye los momentos agrios y crueles, y centellea con chispa en los diálogos. Todo el comic goza de una estética terriblemente moderna para su tiempo. Hay sexo, hay violencia, hay peligros ciertos y hay sangre. Giménez da algunas muestras de ese tremendismo realista que más tarde explotaría, jugando con el grafismo y eludiendo la censura con un erotismo constantemente insinuado. Uno está esperando ver aparecer a Ursula Andress a la vuelta de página, y Carlos Giménez demuestra que sabe perfectamente cómo dibujar mujeres sexys, de esas que sólo vemos en las revistas, es sólo que en su evolución actual ya no le interesa enzarzarse en un tipo de obra tan ligera.

Delta 99 es un comic muy próximo a películas de Sean Connery como Doctor No, y con una estética cercana a los anuncios de fragancias masculinas de las revistas de los años 70. Con fondos trabajados, dibujo bien documentado, estudiada puesta en escena, incluso sorprendente experimentación gráfica, y dominio de la figura humana y la expresión. Formó una pareja perfecta con la inquietante 5 x Infinito de Esteban Maroto, y si para un niño de entonces fue una historieta que le llenaba los ojos de estrellas, para un adulto de hoy resulta un pequeño placer fascinante. Más serio, más negro, más adulto y más perdurable que Dani Futuro, sorprendentemente Delta 99 ha envejecido muy bien y queda como una pieza de un tiempo que vale tanto para ser exhibida en una vitrina como para zambullirse en ella y dejarse rejuvenecer.

Fran G. Lara

Tags: alex raymond, carlos giménez, delta 99, Jesus flores Thies, Josep toutain, silver surfer


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