Muchas veces metemos la pata en la vida por nuestra propia culpa; sabemos que está mal, pero bueno! Da igual, qué importa? Venga, dale. Luego lo reflexionas y te das cuenta de que en realidad tú te metiste ahí dentro, sin más!! Pero claro, entonces ya es tarde, y la gente se pone triste, y llora y bleh bleh.
El otro día una amiga me dijo que tenemos demasiado tiempo libre para dar vueltas a las cosas, o mejor dicho, demasiado tiempo libre para odiar al universo; seguramente tiene razón. Tenemos demasiado tiempo libre para hacernos historias, para odiar a las personas y para creérnoslo, para acumular odio en general y querer hacer camisetas que ponga: La gente es gilipollas. Por favor crisis, pasa pronto (y de verdad) que aparte de mi vida laboral, estás haciendo trizas mi vida en general. De nada.