En mi anterior nota con este título comparaba la incapacidad española de dar solución al conflicto catalán con la larga lista de países que de manera más o menos rápida y democrática han solucionado problemas de secesión, pero me quede corto. La incapacidad para dar la más mínima solución al problema.es causada por el hecho que la actitud y métodos de la desastrosa Administración Pública española han cambiado muy poco desde la época de Isabel la Católica.
En varias de las notas de este blog me he referido a lo absurdo de que la reacción tanto de los gobiernos como de la ciudadanía de España frente al independentismo catalán, pacífico y democrático, sea mucho más dura que lo fue frente al independentismo vasco, ETA incluida, que he achacado al profundo odio que muchos españoles, probablemente mayoría, sienten hacia todo lo catalán.
Sean cuales sean las razones de esta inmensa contradicción, la cuestión es que ya se ha llegado a un punto en que incluso ir a tomar un café con independentistas está considerado una gravísima traición a la unidad de España, no digamos ya dialogar o llevar a cabo cualquier actividad política por mínima que sea. En cambio, asociarse con VOX, fascismo puro y duro, no supone ningún problema, ni para el PP que lo hace sin disimulo, ni para los mentirosos de Ciudadanos que con frecuencia emiten comunicados afirmando que nunca pactarán con VOX aunque lo hacen continuamente.
Lo curioso del caso es que la incapacidad de la desastrosa Administración Pública sí que beneficia a alguien. No en vano uno de los negocios más rentables que se pueden montar en España y probablemente el más beneficioso es un partido político, y para comprobarlo basta un ejemplo, antes de que Alberto Rivera crease Ciudadanos en junio de 2005 trabajaba en la asesoría jurídica de CaixaBank y vivía en un pequeño piso de alquiler alejado del centro de Barcelona, y en 2017, solo doce años después se trasladó a vivir a Madrid en una gran mansión en uno de los barrios más caros de la capital y se pasea por ella en limusina con chofer y segurata.
Al desastre de gestión, los gobiernos de España añaden las barbaridades que dicen y hacen con frecuencia. Esta misma semana y refiriéndose precisamente al vergonzoso juicio al process, plagado de perjurios, mentiras y falsedades y con un presidente del tribunal que no disimula su apoyo a los acusadores frente a las defensas, la ministra de Justicia en funciones Dolores Delgado soltó la inmensa atrocidad que gracias al juicio impecable desde todos los ámbitos y cargado de profesionalidad ha hecho ver que España tiene uno de los mejores sistemas judiciales. En Facebook comenté que a la ministra se le había olvidado mencionar que España es la mayor potencia espacial del planeta.
Para no ser menos que la señora ministra en lo de fabricar salvajadas a Borrell se la ha ocurrido que en breves fechas el Juan Sebastián Elcano atracará en el puerto de Kiel de la circunscripción de Schaleswig-Holstein para a las 12 del día siguiente celebrar una misa y a continuación en solemne acto institucional una jura de bandera de quien lo haya solicitado. Seguro que Borrell piensa que de esta forma dará una buena lección a los indeseables jueces de Schaleswig-Holstein que se atrevieron a negarle a la Justicia española la extradición de Puigdemont con la simpleza de que no había cometido delito alguno. Ni por casualidad pasará por su imaginación la posibilidad de que esté haciendo un espantoso ridículo.