Las candidaturas de Bildu podrían correr la misma suerte que hace cuatro años corrieron las listas de Acción Nacionalista Vasca. Unas pasaron la prueba del algodón de los tribunales y otras se quedaron en el camino, en un ejercicio de arbitrariedad con claros tintes políticos y partidistas. No cabe ninguna opción de ilegalizar Bildu, como han hecho con Sortu, pero si pueden, en cambio, impugnar sus listas y, a estas alturas, es posible que lo hagan, aunque con ello dividan a la propia justicia y más pronto que tarde deban asumir su errror. El PSOE se ha equivocado al sacar a Sortu fuera del campo de juego, pese a su apuesta por las vías pacíficas y democráticas, avalada por hechos y compromisos concretos, y se equivocará de nuevo si entorpece la presencia de Bildu en las urnas. PSOE y PP parecen más interesados en extender su alianza a Diputaciones y Ayutamientos, que en trabajar por el diálogo, la convivencia y la superación defintiva de la violencia. Al final, va a ser verdad que tienen miedo a que en Euskadi se hable de política y se decida libremente sin la presión, ni la extorsión de ETA. Rubalcaba anunció ayer que la Policía Nacional y la Guardia Civil están elaborando sendos informes sobre las candidaturas de Bildu y su vinculación con la izquierda abertzale. Se admiten apuestas sobre las conclusiones de estos documentos, que con seguridad están escritos de antemano.