¡Buenas a todos!
Tras años sin hacerle mucho caso a “Warhammer Fantasy” la aparición de los Kharadron Overlords me provocó bastante hype, hasta que caí en que deben ser la raza de Age of Sigmar que más se parece a una de Warhammer 40k (ehem, Squats! ehem), por lo que era un poco absurdo tener tantos ejércitos de 40k para empezar uno tan avanzado tecnológicamente en el universo de fantasía.
Entonces recordé que cuando dejé de jugar a Fantasy vendí casi todos mis elfos silvanos, pero me quedé los “árboles” (en principio 12 driades y Drycha, más un hombre árbol antiguo) y además me regalaron un hombre árbol de los nuevos hace unos años, que en principio iba a ser la base de un Avatar Eldar conversionado, pero finalmente será lo que sus padres en Reino Unido querían que fuese cuando nació.
Y todo nos lleva a que, estando mi ejercito de Sylvaneth en proceso de reunión, quería empezar a aprender las reglas de AoS lo antes posible, y que mejor forma que con mis demonios del caos de Nurgle. Todos en perfecto estado de funcionamiento. Esto, unido a que mientras jugaba la campaña de Kill Team muchas veces veía que había bastante movimiento de gente jugando a Age of Sigmar (los jugadores de 40k debían estar maldiciendo desde sus casas la imposibilidad de poder jugar una partida entera dentro del horario comercial de una tienda), me decidió a iniciarme en el juego.
¡Y esta es la historia que llevó a esta partida de iniciación a Age of Sigmar!
Para mi primera partida elegí toda la variedad de unidades que pude, un heraldo acompañado de 10 portadores de plaga, 3 peanas de nurgletes y 3 (moscar)drones de plaga. Me enfrentaba a la misma cantidad de unidades enemigas, un sacerdote enano acompañado de unos martilladores de élite, unos guerreros básicos y unos atronadores y sus temibles fusiles.
Empecé yo, metiéndome en el bosque, ya que la cobertura te proporciona un +1 a la salvación, pero tienes que tener toda la unidad metida en el elemento de escenografía (¡esos atronadores no me iban a pillar desprevenido!).
Una cosa quehay que tener muy en cuenta es que en cada ronda (turno de juego) el primer jugador se tira de nuevo, puede darse el caso de que tengas el primer turno, después juegue tu adversario, ¡y al volver a tirar quien va primero en la segunda ronda tu adversario sea primero y vuelva a jugar su turno!
Cuando asaltas debes tener cuidado de no acercarte a menos de 3" de otras unidades que no sean las que quieres asaltar, porque el enemigo puede activarlas mientras estén a esa distancia aunque no fuesen tu objetivo principal.
Tras dejar a mis poradores de plaga y nurgletes solos durante un turno (los nurgletes tienen una regla que al final de cada turno recuperan todas las heridas que tenga una peana, pero los martilladores hicieron 8 heridas, las justas para acabar con 2 peanas y dejando la tercera en perfecto estado, y por lo tanto no recuperando ninguna herida), asalto con los drones, que resultan tener un bono muy bueno siempre que estén cerca de un héroe portador de plaga (lo cual hace que esta unidad voladora de movimiento 8 tenga que estar rondando una miniatura de mov 4 para aprovecharse de ello), causando heridas automáticas (mortales) siempre que saquen 6s al herir.
El heraldo también se une a la refriega, aunque con unas tiradas para impactar absurdamente malas, poco hace más que absorber heridas (que es algo que las criaturas de Nurgle siguen haciendo muy bien en este juego).
Terminamos la refriega cuando el sacerdote enano muerde el polvo, en efecto las heridas mortales automáticas de los drones de plaga están pero que muy bien! (el próximo día más mosquitas).
Conclusiones
Tras años sin tocar Fantasy (dejé el juego hace ya un par o tres ediciones) ha sido una agradable sorpresa encontrarme con Age of Sigmar, cierto que las reglas "básicas" son 4 páginas, pero cada unidad que llevas es prácticamente una página más, por lo que dependiendo del tamaño y variedad de tu lista tendrás más cosicas en las que estar pendiente, y da lugar a muchas interacciones entre unidades.
Por lo tanto, me parece un juego bastante divertido, y no tan "facilón" como muchos claman (y que, habiendo jugado a muchos juegos de mesa, debo decir que los más divertidos muchas veces son los que menos reglas tienes que recordar pero que más "combos" o interacciones le puedes encontrar tú por tu cuenta).
¡Saludos y seguid jugando!