Revista Salud y Bienestar
La foto corresponde a parte de una jornada en la agenda de un médico, la pasada semana. En esa plaza no se trata de un día extraordinario, sino de uno de tantos.
Para los que no están en el mundillo, servirá la explicación: en el espacio del pantallazo cabrían 19 pacientes (dando al scroll aparecerían más pantallazos, ya que la norma en esa consulta es sobrepasar de lejos, que no cómodamente, los 50 pacientes diarios).
Se asignan cinco minutos por enfermo, aunque esto sólo es válido para los que vienen con su cita. Los que no la tienen se apuntan, intercalados entre los anteriores, pero sin reservarles un espacio de tiempo. De cuanto aparece en la fotografía se deduce que para un espacio de tiempo de 50 minutos (5 minutos por cada uno de los 10 citados), hay planteados 19 enfermos, esto es: un paciente cada 2 minutos y medio, aproximadamente.
Con ilustraciones como la de hoy resulta más fácil entender el mal momento por el que está pasando esta profesión nuestra en la que, aprovechando la coyuntura económica del momento y ante la ausencia de voluntad de aplicar soluciones más justas, la sobreexplotación y el estres del profesional están campando a sus anchas, como única idea válida para una clase política que sabe de nuestra legendaria e incomprensible mansedumbre.
En estos momentos, desde esta semana, el freno en la contratación del personal eventual y para cubrir las ausencias por enfermedad o por vacaciones, puede sombrear mucho más este panorama, de una densidad en las consultas que ya roza lo imposible.