Una noche, Sarah, una adolescente de carácter fantasioso, se ve obligada a quedarse en casa cuidando a Toby, su hermano pequeño. Cuando sus padres se marchan a una fiesta, harta de oír llorar al niño, Sarah recita unos versos de su libro favorito, Dentro del laberinto, y ordena a los goblins que se lleven a su hermano. Al momento, unas extrañas criaturas aparecen y se esfuman con Toby. Poco después, un hombre misterioso y atractivo surge de la nada y se presenta como Jareth, el rey de los goblins, para a continuación sugerirle a Sarah que se olvide del niño. Arrepentida de lo que ha hecho, Sarah le pide que le devuelva a Toby, pero el rey se niega. Entonces él le propone un trato: «Tienes trece horas para atravesar el laberinto y encontrar a tu hermano. De lo contrario, se convertirá en uno de nosotros». Y el tiempo apremia…
Podría calificar de mil y una maneras este libro: podría decir que leer sus páginas ha sido un soplo de aire fresco para mi, que las expectativas que tenía puestas sobre él se han cumplido, que hacía mucho tiempo que no me encariñaba tanto con el malo de la historia, o que he disfrutado como una niña de su lectura, y sin embargo todas ellas se quedarían cortas, porque me ha en-can-ta-do.
Hacía tiempo que echaba de menos una historia así, de fantasía pura y dura (justo como a mi me gustan), y toparme con este pequeñín ha sido toda una alegría. Con cierto aire a cuentos como El mago de Oz (♥) se nos presenta esta -tal y como dice en la contraportada del libro- batalla de inteligencia entre Sarah y Jareth con fecha de caducidad: una historia llena de sorpresas, misterios, situaciones inesperadas y criaturas fantásticas a cada cual más extravagante, además de una protagonista dispuesta a todo por recuperar a su hermano perdido y un antagonista que ha conseguido, no sé por qué, hacerse un huequecito en mi corazón. Vamos, una auténtica delicia.
Con un estilo claro y directo que poco se detiene en los sentimientos, tenemos ante nosotros una historia que es más cuento que novela y desborda magia por sus escasas 285 páginas. ¿Si me habría gustado que fueran más? A pesar de su final más que cerrado, sí, y es que me he quedado con ganas de más Jareth, más Sarah y más laberintos que atravesar (suerte que existe película, la cual también os recomiendo encarecidamente, ya que aunque se nota que tiene sus añitos, merece la pena ;)
Sin embargo, y como pocos libros son para mi perfectos, cabe destacar un par de pegas a esta historia. En primer luegar, confieso que al principio la protagonista me caía un poco mal. Tan egoista, tan únicamente pendiente de lo suyo, tan sumergida en su propio mundo... Si hubiese seguido así (que por suerte, no) dudo que hubiese conseguido aguantarla. Es este detalle el que impide que llegue al 5/5, y que quizás me habría gustado un poco más de azucar en la historia. Pequeñas pegas que no quitan que esta sea -sin duda- una lectura digna de recomendar.
Según Niicky se merece...
(Agradecimientos a Nocturna Ediciones por el envío :)