Un argentino, residente en España durante 40 años, denuncia cómo su primo, Abel Borlaski, médico infectólogo muy conocido en Buenos Aires (Argentina) y ferviente defensor de las vacunas Covid-19, se vacunó con las dos dosis de la vacuna rusa Sputnik en mayo 2021. A los 20 días aproximadamente, sintió molestias compatibles con la supuesta Covid-19 y se trasladó a un hospital.
Allí lo ingresaron como paciente Covid-19 y le aplicaron los mortales protocolos de la OMS, en los que se incluyen la intubación con aporte de oxígeno. El Dr. Borlaski era consciente de que la intubación mata al 80-85 % de los pacientes a los que se le aplica, por lo que se quiso ir del hospital quitándose las vías y cables que le pusieron para evitar esa terapia mortal.
Los médicos se lo impidieron sedándolo y lo intuban después, ya dormido. A los 2-3 días de estar intubado, el Dr. Borlaski fallece. El hospital atribuye su muerte al Covid-19 y ha negado la autopsia a los familiares del fallecido.