Revista Opinión

¡denuncien, me están torturando!

Publicado el 28 junio 2017 por James Nightingale @atracoalpueblo
¡DENUNCIEN, ME ESTÁN TORTURANDO!
¡DENUNCIEN, ME ESTÁN TORTURANDO!"El grito de Leopoldo, traspasa fronteras… No hay muros infalibles. Denunciemos todos: ¡Que Haya Justicia!‎"
Mucho se ha hablado de la Corte Penal Internacional de la Haya (CPI), y de la justicia criminal internacional permanente. Ante la manifiesta violación de DDHH que ha recaído sobre jóvenes, civiles y líderes políticos en Venezuela, nos preguntamos ¿Por qué no actúan? ¿Cuántas muertes, torturas y agravios deben acumularse para que se active el Tratado de Roma? ¿Todo se reduce a formalidades y procedimientos?
El abogado Carlos Ramírez López en su artículo “El extraño caso de la Corte Penal Internacional”,  

¡DENUNCIEN, ME ESTÁN TORTURANDO!

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cuestiona la somnolencia de esta máxima instancia. A la fecha-resalta-“se han radicado 22 casos ante el alto Tribunal y la mayoría han sido rechazados(...) ¿Qué pasa? ¿Acaso no es obvio lo que ocurre en el país donde una camarilla infecta ha secuestrado el Estado para toda clase de fines delictivos?” Sabemos que muchas de las peticiones realizadas por Venezolanos han sido desestimadas por no contar con los protocolos probatorios y de relatoría. Pero la Abogada Tamara Sujú, domiciliada en la Republica Checa, se ha dedicado a ordenar y documentar el expediente, dando mérito, autenticidad y actualización a más de 700 incidencias que cursan desde el año 2014, sobre torturas, apartheid político, persecución selectiva, exterminio a grupos disidentes y juicios sumarios en jurisdicción militar a civiles protestantes. Se han anexado otras 120 personas afectadas por las recientes represiones, así como un listado de nuevos victimarios (ver nota de prensa 16/06/17  WRadio). Pero la pregunta sigue en pie: ¿Actuará la CPI ante tanta mortandad, ignominia y flagrancia?
Leopoldo López gritó de manera desgarradora desde su centro de reclusión militar, “¡Denuncien, denuncien, me están Torturando!”. El pueblo también grita; ¡Denuncien nos están matando!...La representación de países Latinoamericanos en la OEA, esto es, 20 naciones que representan el 90% de la población del continente, expresan abiertamente que “en Venezuela se ha roto el orden democrático y constitucional; liberen a los presos políticos, abran la ayuda humanitaria y restituyan la libertad! (…) Parlamentos en el mundo, USA y Trump al frente, Canadá, con Trudeau e Irwin Cotler a la cabeza; España, Colombia, Perú, Argentina, Brasil; El Parlamento Europeo, la propia Canciller Merkel en Alemania, en fin, la intelectualidad jurídica, política y literaria del mundo, pide justicia. ¿Y qué hace la Haya? Mantiene en aguas mansas la activación de una investigación criminal oficial. Actitud que le calza al dedillo lo dicho por Benedicto XVI, quien alerta que la pasividad de la comunidad internacional (la CPI de La Haya, es expresión tope de justicia de esa comunidad), “pone en peligro de extinción a la humanidad…”, por ser la impunidad global, “un cáncer que hace metástasis mientras los gobiernos llamados a contenerlo reposan en sus pequeños feudos, cómo pequeños principados amparados en la muletilla de la soberanía nacional”.

Hace meses la CPI se apresuró en desmentir una información dada por Lilian Tintori y su abogado, cuando estuvo en La Haya radicando una denuncia sobre múltiples crímenes…” Esa elocuente premura de la CPI en desconocer la denuncia de Tintori, demuestra su intención de desmarcarse del caso Venezuela, o por el contrario, una elocuente  apatía en accionar con celeridad la denominada justicia  internacional y permanente, esto es, de forma proporcional a la notoriedad, gravedad y flagrancia de los delitos de lesa humanidad que se cometen en nuestro país. Por cierto los recursos incoados por la FGR ante el TSJ en Venezuela, sistemáticamente rechazados, son  prueba innegable del agotamiento de la justicia local, condición requerida al Estado miembro del Tratado de Roma, para poder activar la justicia internacional en La Haya.
La agrupación, Venezuela Somos Todos, ha emprendido la campaña #QueHayaJusticia para impulsar las peticiones formuladas ante la CPI, y solicitar que cumplan con sus deberes de prevención, enjuiciamiento y castigo de los delitos de lesa humanidad. Compartimos la tesis del letargo injustificado de esta corte...En otro sentido, no caigamos en el gazapo de repetir que todo lo hecho por la Fiscal General, seria “un guion cubano” para asegurar la entrada en “un gobierno de transición”, que conceda salvo conducto a Maduro, Cubanos & Corp...Pocas veces ha tenido tanto impacto internacional, una denuncia como la formulada por Ortega Díaz. Un boquete jurídico, estratégico y político al gobierno, donde la constituyente pierde legalidad y credibilidad; la denegación de justicia vulnera el foro conveniente, activa la justicia internacional; su acusación resquebraja el Chavismo-Madurismo, alentando el salto de gradas,  declarando la activación del 350-C. 
Retornando al tema de la CPI, el reto es sembrar precedentes, amonestar su inercia y abonar el camino para que se produzca un pronunciamiento de los órganos y gobiernos llamados a activar la defensa oportuna de los DDHH. La AN acordó hacerlo. Nadie subestime el conservadurismo corporativo en el poder [Trump]. Ronald Reagan-por ejemplo- fue "el cordero" que desmembró la URS, el muro de Berlín y a Noriega en Panamá. El grito de Leopoldo, traspasa fronteras…No hay muros infalibles, ni barrotes indoblegables. Denunciemos todos: ¡Que Haya Justicia!.
Orlando Oviera-Blanco   @ovierablanco.
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