Revista Deportes
La selección española de fútbol, Nadal, Alonso, Lorenzo, Pedrosa, la selección de baloncesto... España es una potencia deportiva. La gente está loca por el deporte. Nadal levanta pasiones entre las señoras mayores, es el hijo que hubieran querido tener: es correcto, educado, competitivo, humilde, apuesto, representa los valores del deporte y, además, es millonario. Todos quieren un Nadal...En los últimos años se está fomentando mucho el deporte de cantera, lo cual está muy bien, podríamos decir que el simple hecho de que cada vez más padres apunten a sus hijos a clubes de fútbol, tenis, actividades extraescolares o circuitos de minimotos, es una excelente noticia. Pero el problema de esta repentina ansia por el deporte es que no todos esos padres que siguen a sus hijos por la competiciones infantiles creen en los valores del deporte. Muchos buscan en él un éxito, un paso adelante, un camino hacia la profesionalización, una salida a los problemas económicos que nos acucian en los últimos años.Lo que tal vez no saben esos padres, es que el deporte de élite, a pesar de ser una profesión que muchos desean, no es en absoluto saludable; es más, podríamos decir, que, en algunos casos, es hasta peligroso, tanto para los hijos como para los padres...