Revista Política

Deporte: éxitos y fracasos

Publicado el 04 julio 2010 por Basseta

Por muchos motivos, los eventos relacionados con el deporte han marcado el último fin de semana. El triunfo de "La Roja" ante Paraguay ha supuesto un hecho histórico: clasificar al combinado nacional español para una semifinal en los Mundiales de Fútbol de Sudáfrica. Así se vivió el final del partido en el patio del Colegio Felicidad Bernabeu, donde la Asociación de Vecinos del Barrio de la Dulzura había organizado el vino de honor con el que iniciaban sus fiestas.


Mientras todo esto ocurría, en el Parque de Les Hortes se ultimaban los preparativos para la Gala del Deporte, evento en el que se hace un reconocimiento a los deportistas ibenses que han destacado por un motivo u otro. Es el segundo año consecutivo que se celebra en este Parque y es inevitable hacer comparaciones, aunque voy a evitar repetir alguna de las acertadas reflexiones que hacía ayer mi compañero Arturo Domenech.

Dedicaré unas líneas a comentar una curiosa anécdota que sirve para ilustrar la capacidad de nuestros gobernantes locales a la hora de hacer promesas y no cumplirlas. Casi todo el mundo sabe que los asientos del auditorio del Parque de les Hortes no son muy confortables que digamos, pero cuando vamos a pasar un buen rato casi ni nos enteramos. A la Alcaldesa debió sorprenderle el año pasado la dureza del ladrillo y, ni corta ni perezosa, subió al escenario e hizo una promesa solemne a todos los asistentes: "al año que viene habrá cojines para todos".

Como dice el dicho " prometer, prometer hasta meter...". Si alguien pensaba que la Alcaldesa cumpliría su promesa, se equivó: el sábado pasado, en el Parque de les Hortes, todos estábamos "descojinados", incluyendo a los concejales y concejalas del equipo de gobierno, que no lo echaron tanto de menos porque se pasaron la noche subiendo y bajando del escenario.

Posiblemente, alguien tenga la tentación de justificar este "descojinamiento" con la crisis económica y la necesidad de evitar gastos superfluos en el Ayuntamiento, pero se equivoca. Nada más terminar la entrega de los galardones, los que quisieron pudieron quedarse a tomar un vino de honor, cuyo coste seguramente es igual o superior al de los cojines.

Más de uno se "descojinó" de risa al escuchar decir a Maite Parra que este convite era "gentileza" de una empresa colaboradora. Aunque Camps pretende hacerse el loco, todos sabemos que no existen regalos desinteresados y todo lo que aparentemente es gratis acaba pagándose de una forma u otra (existe una expresión en inglés que advierte de que "no hay comida gratis": there ain't no such thing as a free lunch).

Aquí dejo el vídeo correspondiente a la Gala del año pasado, para recordarle a la Alcaldesa que aún tiene muchas cosas que aprender del telégrafo, como por ejemplo, que las palabras se cuentan y se pagan.


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