Manuel Freytas,[email protected],IAR Noticias
Como emergente del uso y las costumbres, el sistema que gobierna el planeta ha dividido la cabeza humana en dos compartimientos estancos: La realidad y el discurso. La realidad puede ser captada por las mayorías, pero el discurso puede remodelar la realidad y hacer pensar a las mayorías como si fueran las minorías.
De esta manera, lo que en el sistema capitalista es una vulgar forma de robar (compulsivamente) con la especulación financiera, se convierte luego en una "causa moral" para salvar al verdugo con el trabajo y el sufrimiento del sometido.